Dos lanzamientos de penalti detenidos y un puñado de buenas acciones a lo largo de los 120 minutos de juego, metieron en la final, catorce años después, al Everton gracias al guardameta Tim Howard, convertido en héroe ante el Manchester United -en el que el técnico escocés Alex Ferguson prescindió del juguador portugués Cristiano Ronaldo en este partido-, club que tuvo que abandonar hace dos años debido al escaso protagonismo que le concedió el entrenador del actual campeón de Europa.

El meta estadounidense, de treinta años, se convirtió en el verdugo de su ex equipo. En el que militó durante cuatro campañas y del que tuvo que emigrar tapado por el holandés Edwin Van der Sar.

Desde 1995

Howard llevó al Everton a su decimotercera final de la Copa de Inglaterra. Desde 1995, cuando logró el último de sus cinco títulos, no disputa una final

Se medirá al Chelsea en una duelo inédito por la conquista de tan tradicional trofeo.