El Atlético Baleares se resiste a descender o también se podría decir que alarga su agonía. Cierto es que el cuadro blanquiazul tiene opciones, pocas, muy pocas pero tiene, pero sólo los más devotos ven posibilidades deportivas de salvación. También pueden olvidarse de jugar con la plaza del Mérida ya que la Española no lo autorizará después de la rabieta de Villar al ver el gol que le metió el Granada 74, cuando pagó para estar en Segunda A. En consecuencia, las posibilidades de que el cuadro blanquiazul, que cuando se vea en Tercera se lamentará de haber hecho al principio de la temporada las cosas con demasiada precipitación, siga en Segunda B pasan por la renuncia de equipos por no poder asumir los costes de la categoría o por la supuesta creación -parece que Villar, jefe supremo de fútbol, ha decidido por lo menos escuchar la propuesta de la Liga de Fútbol Profesional- de una Liga sólo para filiales. La solución deportiva será en breve pero la otra se antoja que pueden pasar varios meses.