Hasta el domingo, la final de Wimbledon que con má agrado recuerdan los aficionados fue la que en 1980 protagonizaron Borg y McEnroe. El primer domingo de aquel año el sueco sumaría su quinto y último título en la central con un resultado que lo dice todo: 1/6, 7/5, 6/3, 6/7 y 8/6. El cuarto set fue apoteósico, resuelto por McEnroe por 16-18 en la muerte súbita. Como Nadal el domingo, Borg inclinó la balanza a su favor en el quinto. Al año siguiente McEnroe se tomaría la revancha y sumaría su primer título en La Catedral.