Rafel Nadal era consciente, cuando entró en la sala de prensa, de que lo primero por lo que se le preguntaría era por su flojo partido ante el número 94 del mundo, el alemán Rainer Schuettler. Pero el mallorquín parecía tener la respuesta preparada ante una pregunta que estaba cantada. "La razón de mi bajón en el segundo set es que estamos en unas semifinales de Grand Slam y no se puede ganar por un triple 6/1. Romper el saque en hierba es complicado. Está claro que no ha sido mi mejor partido en el torneo, pero si en algún momento me podía despistar era hoy (por ayer), y casi me cuesta el segundo set".

Nadal hizo una lectura positiva de su discreto partido de ayer. "Probablemente sea mejor de cara a la final haber ganado no habiendo jugado tan bien porque servirá para frenar la euforia que pueda haber. No creo que el partido de hoy tenga nada que ver con vistas a la final. No había tenido ningún momento malo por lo que considero lógico haber tenido un bajón", señaló el tres veces finalista de Wimbledon.

El número dos del mundo, que justificó la petición de unas nuevas zapatillas durante el partido -que no se llegó a calzar- porque "las tenía más desgastadas de lo habitual", valoró sus posibilidades ante Federer: "Será difícil porque probablemente juego contra el mejor jugador de la historia. Es un placer jugar contra el número uno, pero también es más difícil. Puedo ganar, pero con la humildad de que el favorito es él. El favorito tiene que ser él porque lleva cinco años ganando aquí y es el número uno. Llevo mucho tiempo jugando bien, por lo que no creo que me afecte haber jugado un rato mal".

Si finalmente consigue el torneo de Wimbledon, lo "especial", en palabras de Nadal, "no será ganar a Federer, sino Wimbledon, sea quien sea el rival".

El asalto al número 1

Nadal piensa permanentemente en la posibilidad de desbancar a Federer como número uno. Sin que se le preguntara por ello, el de Manacor se refirió a que esa posibilidad se produzca antes de que termine 2008: "Si gano estaría más cerca que nunca del número uno, y sería un premio a estos tres años de trabajo, en el que he estado a un gran nivel".

El hecho de presentarse a su tercera final de Wimbledon tras haber ganado en Queen´s, su primer torneo en hierba, no le hace sentirse con más confianza: "No tiene nada que ver que haya ganado en Queen´s o no para llegar aquí con confianza. La confianza la cogí en la temporada de tierra, en la de pista dura en Estados Unidos y, lógicamente, tras ganar en Queen´s. Creo que soy mejor jugador en general, no sólo en hierba porque en esta superficie jugamos apenas un mes".