Stacey volverá a vestir la camiseta del Bàsquet Inca hasta el final de la temporada. La delicada situación que vive el club de es Raiguer -tan sólo tres victorias- les ha obligado a hacer un esfuerzo importante para incorporar al alero estadounidense en la que será su tercera etapa en la isla.

El jugador, de 1´96 metros y de treinta años de edad, militaba en el Alerta Cantabria, pero al no estar a gusto en el cuadro santanderino ha decidido cambiar de aires. Y eso que era uno de los hombres importantes de Mateo Rubio, que le alineaba una media de 21 minutos por partido. En los catorce encuentros que ha jugado este curso ha hecho unos números aceptables con un 47 por ciento en tiros de dos, un 37 en triples y un 79 en tiros libres. Stacey no ocupa plaza de extracomunitario ya que está casado con una mallorquina.

El técnico del Bàsquet Inca, José Luis Abós, recupera a un hombre que conoce muy bien y que a buen seguro tendrá responsabilidad en lo que queda de curso. El maño tendrá bajo sus órdenes a otro de los hombres que hicieron historia hace tres campañas al firmar la mejor temporada de la historia con una cuarta plaza en la Liga regular. Riera, Galarreta, Blanch, Alzamora y ahora Stacey deberán sacar del sótano de la clasificación a un equipo que necesita triunfos como agua de mayo.

El norteamericano, que puede jugar de ´cuatro´, es un buen revulsivo ya no sólo por sus condiciones sino por su carácter ganador que demuestra sobre la pista.