Seis días tendrán García Prieto y su mujer, la italiana Laura Corti, para recorrer los 250 kilómetros de la prueba a través del desierto, en la provincia noroccidental de Xinjiang, donde las temperaturas oscilan entre los cero y los 45 grados centígrados.

"Es una prueba de autosuficiencia alimentaria", dijo hoy el atleta madrileño a EFE. "Llevamos en una mochila todo lo que necesitamos para la semana menos el agua".

La mochila de Carlos y Laura pesa diez kilos, y en su interior hay fundamentalmente comida, que dividen en dos tipos: "la del cuerpo, que son cinco kilos de comida liofilizada (muchas calorías en poco peso), y la del alma, que es el jamón serrano", que llevan empaquetado al vacío en raciones de 50 gramos.

"Racing the Planet" incluye cuatro travesías en el desierto: "El de Asia tiene las peores tormentas de arena, el Atacama (Sudamérica) es el más seco, el Sahara (África) es el más caluroso y la Antártida es el más frío", cuentan.

En el ambiente más hostil que pueda ofrecer la naturaleza, los ultrafondistas deberán correr el equivalente a un maratón al día, aunque Carlos y Laura tienen pensado hacer 80 kilómetros en una sola jornada para gozar de descanso a la siguiente.

"¿Y por qué no?", pregunta Laura cuando alguien inquiere por el motivo que les lleva a practicar este deporte. "Si tuviera una respuesta y te la quisiera dar no la entenderías; eso si pudiera verbalizar esta locura", dice Carlos.

Loca o no, esta pareja hace uso de sus vacaciones y de sus ahorros para recorrer el mundo a la carrera, y en Xinjiang, lo único que saben es que ascenderán hasta los 3.800 metros, donde las montañas están heladas, y que acabarán en Kasghar, porque el itinerario es secreto hasta el momento mismo de la salida.

"No somos grandes deportistas. Somos simples trabajadores y nos cuesta mucho venir pero lo hacemos porque nos gusta. Para hacer esto no hay que ser Supermán, se pueden hacer estas cosas", asegura Carlos para animar a más gente a participar en este tipo de aventuras.