MALLORCA: 0

SEVILLA: 0

TARJETAS

AMARILLAS: Navarro (min.23), Ibagaza (min.40), Palop (min. 45) por derribar a Arango fuera del área. Alves (min.50) por derribar a Jonás. Héctor (min.51), Chevantón por tirarse (min.70).

ROJAS: Doble amarilla a ´Drago´ (min.30 y 72) y expulsión.

MINUTO A MINUTO

Primera parte:

Min. 08: Luis Fabiano chuta fuera.

Min. 13: Renato, a las manos de Moyà.

Min. 22: Luis Fabiano chuta fuera.

Min. 25: Palop detiene chut de Ibagaza.

Min. 29: Tiro de Arango que roza la escuadra.

Min. 33: Falta de Ibagaza que va fuera.

SEGUNDA parte:

Min. 55: Chut de Varela que despeja Palop.

Min. 60: Ibagaza tira a las manos de Palop.

Min. 61: Gran parada de Moyà a chut de Puerta.

Min. 71: Trejo solo ante Palop pierde el balón.

Min. 73: Arango chuta a las manos del meta visitante.

Min. 78: Chevantón chuta fuera.

Min. 84: Maresca remata fuera.

Min. 90: Trejo falla solo.

El Mallorca perdonó hasta la saciedad al Sevilla para acabar empatando un partido que también pudo perder en un intenso duelo, que sirvió como despedida de los rojillos ante su afición (0-0). No supieron aprovecharse de un rival desquiciado, que jugó en inferioridad durante los últimos dieciocho minutos por culpa de la expulsión de ´Drago´ y que pierde muchas opciones en su ya lejano sueño de ganar la Liga.

Menos mal que los de Manzano ya tienen los deberes hechos desde hace varias semanas porque las claras ocasiones desaprovechadas por parte de Víctor -se lo tiene que hacer mirar- y Trejo, entre otros, no tienen absolutamente ninguna excusa. Si se hubiera necesitado algún tanto para algún objetivo concreto, el otrora Son Moix hubiera sido un funeral.

El Mallorca cierra una segunda vuelta en casa de ensueño, con siete victorias consecutivas, un empate y una derrota, pero ayer se les debería haber exigido poner la puntilla a los sevillistas. Está claro que no es por falta de ganas, pero para el curso que viene se debería tener muy en cuenta este aspecto para evitar futuros males mayores. Y eso que los andaluces también disfrutaron de sus oportunidades, pero se estrellaron ante un muro llamado Moyà o no afinaron bien su puntería. La ausencia de Kanouté fue mortal para su equipo. En el estadio se jugaba un encuentro, pero se vivían tres. El Zaragoza-Real Madrid y el Barcelona-Espanyol alteraban el curso propio del choque como demostraban los aficionados cuando variaba el marcador en esos partidos, por aquello de la lucha por la Liga.

La grada cantaba ´el Mallorca es de Primera´ al finalizar el enfrentamiento. La pena es que no pudieron brindarle el triunfo como colofón a una temporada que empezó peor de lo que ha acabado. Los rojillos no salieron a ver el partido. Estaban bien plantados sobre el terreno de juego. Ibagaza tenía ganas de balón y eso es un gran balón de oxígeno para un Mallorca que sin él respira mucho peor. ´El Caño´, sin hacer nada del otro mundo, mostró sus galones de mando con la ayuda de un incansable Jonás y de un intermitente Varela. Junto a Pereyra, sujetaron a un Sevilla nervioso e impreciso. Los andaluces llegaban más a la puerta de Moyá fruto de su infructuoso ímpetu, que por jugadas propias del juego colectivo.

Los pupilos de Ramos no justificaban ser el campeón de la UEFA, finalista de la Copa del Rey y candidato al título de Liga. Ni mucho menos. Se vieron perjudicados por la lesión de Navas en el calentamiento, que obligó al técnico manchego a dar un giro a su planteamiento. Y por si fuera poco, a los nueve minutos del inicio, Adriano también tuvo que ser sustituido por Escudé por culpa de una lesión muscular. Mucha improvisación para un grupo que se jugaba la vida en Palma y que pagaba con decepción sus frustrantes intentos de adelantarse en el marcador.

Sin dueño

Ningún de los dos equipos era el dueño absoluto del duelo, pero el criterio era propiedad de los isleños y la desesperación, de los hispalenses. Las ocasiones se sucedían en uno y otro bando, pero ninguna con la suficiente claridad. Ambos porteros se mostraban más acertados que los delanteros. Arango, desde treinta metros, envió un obús que rozó la escuadra de Palop. Pero lo bueno se reservaba para la segunda parte. Ramos puso a toda su artillería pesada en el césped -Chevantón-, pero no le sirvió de nada. El partido se rompió. Todos al ataque. Puerta, en el minuto 60, falló estrepitosamente en una gran parada de Moyà. Ahora sí que las ocasiones eran claras, pero más de lo mismo. La expulsión de ´Drago´ en el 72 abría el cielo para los isleños, pero no lo supieron aprovechar. Trejo, que realizó una soberbia jugada poco después de entrar, aportó aire fresco, pero el mismo desacierto. Los últimos minutos fueron de locura, incluso Palop subía a rematar los córners. Iturralde, muy protestado por no señalar un penalti sobre Víctor en la primera mitad, tampoco señaló otro claro de Héctor sobre Luis Fabiano.

La última jugada del duelo definía perfectamente el partido. Trejo, solo ante portero, no era capaz de batirle. Una acción que dejaba claro que era imposible que se diera otro resultado distinto al empate a cero.