Parón en París para que los semifinalistas no tuvieran el favoritismo del descanso. Ayer, día de reflexión a la espera de la final. Rafel Nadal y Roger Federer no han de tener problemas para colocarse en el partido del domingo en la central de Roland Garros. Para ambos sería algo así como un desastre no estar presentes en ese cruce, además esperado y ansiado. El mallorquín se enfrenta al joven Novak Djokovic. Le ha ganado en tres de las cuatro ocasiones que se han enfrentado. Salvo el añadido del que viene de abajo no ha de tener mayores problemas. La veteranía es un grado aunque parezca un atrevimiento decirlo de un chico de tan sólo 21 años. Nadal no tiene otro objetivo en París que levantar copa. Puede que le haya venido bien perder en Hamburgo con Federer en el Masters Series previo a la cita gala. Dando por sentado que jugarán la final, el manacorí volverá a salir con la concentración del principiante. Federer ya puede ir entrenando un revés alto. Será el golpe que más pegará.