Diez juegos en blanco son un tremendo correctivo, una buena ración de rabia que sirvió para que el suizo Roger Federer reaccionase y se clasificase para las semifinales de Roland Garros, destrozando al español Tommy Robredo en cuatro sets tras haber cedido el primero de ellos.

Federer superó el primer gran obstáculo que ha tenido este año en París al vencer al español por 7-5, 1-6, 6-1 y 6-2, y marcar su duodécima aparición en las semifinales de un grande. Se dejó un set en el camino, eso sí, con lo cual no podrá superar la marca que había igualado con el estadounidense John McEnroe de 11 partidos seguidos sin ceder un parcial, y 36 mangas en su mochila.

Robredo pasará a esa agenda estadística por ser el jugador que, después del estadounidense Andy Roddick en la final del Abierto de Estados Unidos del año pasado, logró arrancar un set al número uno del mundo, después de 11 partidos seguidos en torneos del Grand Slam. Pero se quedó en eso.

Ese parcial fue un modelo a seguir si se quiere vencer a Federer en tierra. Robredo corrió más que nunca, eligió los tiros precisos, supo leer perfectamente los golpes que salían de la muñeca del suizo y en esos 34 minutos dibujó con clase lo mejor de su tenis.

Robredo había mantenido ya la compostura en el primer parcial, cuando llevó a Federer hasta la definición, con 5-5. Había sido un set muy disputado, con alternativas en el juego, que hicieron dudar al suizo, tal y como Tommy quería desde que supo que iba a ser su rival. En el segundo, Robredo ganó casi con suficiencia. En el tercer set, el suizo, encendido por la pérdida del anterior parcial, rebuscó en su tenis y acabó por destrozar al de Hostalric.

Cuadro femenino

Justine Henin ganó a Serena Williams (6-4, 6-3), Maria Sharapova a Anna Chakvetadze (6-3, 6-4), Jelena Jankovic a Nicole Vaidisova (6-3, 7-5) y Ana Ivanovic a Svetlana Kuznetsova (6-0, 3-6, 6-1) en los cuartos del cuadro femenino.