Mañana es uno de esos días cómodos para ver el partido. No mostrarás tus sufrimientos ni tus preferencias. Cualquier comentario queda en casa. Claro que también tiene su parte negativa: uno dejará París. Eso siempre duele. Y mucho más ahora. Moyá está en un momento sublime y de Nadal se espera todo, aunque una mala tarde la tiene cualquiera.