Valentino Rossi es, a sus 26 años, la estrella que más reluce en el mundo del motociclismo, donde ya ha ganado siete campeonatos del mundo, cinco consecutivos, con una espectacularidad y superioridad arrolladora. Pero no tiene suficiente. "No me canso nunca de ganar", asegura el actual campeón de Moto GP, que el domingo en Valencia tratará de igualar los doce triunfos en una misma temporada, récord que ostenta el australiano Mick Doohan.

Rossi heredó el dominio de Doohan, pero además aportó el carisma, la simpatía y la telegenia tan necesarias en el mundo mediatizado de 2005, lo que le convierte en un ídolo. El 46 de su moto es su símbolo y el apodo ´el doctor´, su firma. "Estoy muy orgulloso de que tanta gente me apoye en todo el mundo, pero especialmente en Italia", afirmó el piloto, de ojos vivaces, sonrisa permanente e inconfundible tono de voz. "Lo que más me gusta es que puedo animar a la gente joven a correr en moto".

Pero esa fama tiene aspectos negativos. "Puede ser muy complicado porque supone que no pueda llevar una vida normal. No puedo pasear por la calle e ir a los bares, excepto en mi ciudad Tavullia", asegura.

Se confiesa fan de todos los deportes. "Los deportes son mi hobby: el rally, el motocross, el snowboard..." ¿Y el fútbol? "Por supuesto, soy fan del Inter de Milán", asegura.