Mañana se cumple un año con Héctor Raúl Cúper (Santa Fe, 16 de noviembre de 1955) en su segunda etapa en el banquillo del Real Mallorca, justo una semana después de que el técnico lograse su victoria 200 como entrenador. No podía ser de otra forma ni en otro conjunto. Muchos habrían puesto la mano en el fuego hace una semana a que no se hubiese cumplido este aniversario, pero dos encuentros han bastado para calmar la tensión, los ánimos del entorno. Al menos por ahora. La victoria ante el Celta y el empate el domingo ante un poderoso Sevilla han dilucidado una situación más tranquila que compila muchos momentos negativos con escasos positivos. Los cuatro puntos obtenidos la semana pasada por lo menos dan una nueva oportunidad al técnico que llevó al Real Mallorca en 1998 y 1999 a una final de la Recopa de Europa y otra de la Copa del Rey.

Pero Cúper ya no es el mismo en cuanto a opinión pública se refiere. Poco queda del técnico argentino que aterrizó en Palma hace 364 días. Aquella jornada el mallorquinismo volvió a generar ilusión. El mallorquinismo vibraba ese 7 de noviembre de 2004 cuando un nuevo Mallorca saltaba al césped para enfrentarse al Sevilla. El resultado (1-1) y el ánimo que transmitió fue el mismo que se produjo el pasado domingo ante idéntico rival. El recuerdo de la gloriosa ´era Cúper´ había regresado: contundencia en ataque, orden y al contragolpe. Máxima efectividad. El de Chabas también mostró su sentimiento por una entidad que lleva en el corazón. Pocas cosas como el Lluís Sitjar habían cambiado en esos cinco años.

Después de ese esperado debut ante los andaluces se produjo un nuevo empate (Atlético) y una victoria ante el Zaragoza. Era la primera del equipo desde el 12 de septiembre de 2004. Dos meses y dos días fueron precisos. Cúper había sido ese halo de esperanza que necesitaba el club después de la mala planificación y dirección del asturiano Benito Floro. El optimismo era todo un hecho, pero tras tres encuentros sin conocer la derrota, el equipo regresó a su espiral negativa y no abandonó la zona de descenso hasta las dos últimas jornadas de la temporada. En total, 49 goles encajados en 29 partidos en la Liga 2004/05 con Cúper en el banquillo. "Que nos metan tantos goles me sienta como un patada en la parte que ustedes ya saben", aseguró en su momento. Un factor que en la actualidad se repite -los bermellones son el segundo equipo tras la Real Sociedad que ha encajado más goles (18)- aunque en las dos últimas jornadas haya remitido el alud.

Lo que salvó en aquel instante la cabeza al entrenador sudamericano fueron las sensacionales siete últimas jornadas. El equipo no conoció la derrota durante un mes con el pie en el acelerador. Por calendario, el campeonato debía concluir antes de llegar a junio. Mayo se convirtió en un mes de alegría y tensión. Pero, sin engañarse, la racha rojilla no fue suficiente para salvar al equipo del descenso. El Levante puso su granito de arena y regaló puntos por doquier pese a ir tercero en la jornada diez, sólo por detrás de los todopoderosos Barcelona y Real Madrid, campeón y subcampeón, respectivamente. El milagro que obró Cúper en su primera etapa fue histórico, pero el de la pasada campaña fue cuanto menos inédito e irrepetible. La Plaza de las Tortugas volvió a corear los nombres de los jugadores. Se revivieron los momentos épicos (Supercopa de España y Copa del Rey) de un pasado totalmente reciente.

Tras el milagro llegó la segunda etapa dentro del mismo ciclo. Una segunda etapa que parecía que no daría inicio. El propio Cúper declaró en una entrevista concedida a DIARIO de MALLORCA el 1 de junio que "el proyecto nació con Alemany". El argentino no entendía por qué "debía cambiar". Justo una semana después se confirmó lo que la masa social sospechaba. El presidente Mateu Alemany dejaba su puesto al nuevo máximo accionista, el empresario Vicenç Grande. "Usted es el culpable que yo quiera ser presidente", le dijo el mandatario entrante al sudamericano en su primera entrevista.

Sus once fichajes

Una vez confirmado que Héctor Raúl Cúper cumpliría su contrato y de que sus poderes al frente de todo lo concerniente al primer equipo se multiplicaban, se comenzó con la planificación de la ´temporada del olvido´. Un verano de buena estructuración que con el apoyo del propio Alemany y Nando Pons, el nuevo secretario técnico que sustituyó a Pep Bonet, se saldó con once fichajes, tres de ellos salvados por la campana el mismo 31 de agosto, último día del mercado de fichajes. Entre las incorporaciones, Cúper siempre ha mostrado su agrado por Jonás ´Galgo´ Gutiérrez, Eduardo Tuzzio y Cristiano Doni, tres jugadores que deberían marcar las diferencias, pero que se han alejado de la titularidad varios partidos debido a sendas lesiones. De los otros ocho fichajes unos son argentinos (Maciel y Peralta), otros futbolistas que Cúper conoce a la perfección de su paso por la Serie A italiana (Choutos y Potenza), otros descartes de los dos grandes del fútbol español (el madridista Borja y el azulgrana Navarro) y los dos últimos el portero mallorquín Toni Prats y el gaditano Yordi, el delantero portentoso que buscó con ahínco desde el primer momento y no encontró hasta el último instante.

La Liga comenzó con contrastes. Primero porque ni Tuzzio ni Gutiérrez ni Doni disputaron las dos primera jornadas. Los dos primeros ni tan siquiera pudieron debutar hasta la octava, igual que Víctor, por lesión. Doni, junto a Yordi y Choutos, no habían fichado. Segundo porque dos derrotas consecutivas se taparon gracias a una exhibición contra la Real Sociedad y un empate en campo del por entonces líder, el Getafe. Entonces llegó la debacle. Dos partidos apalizados (Málaga y Madrid) con cuatro goles encajados en cada uno. La parte del campo que enamora a Cúper volvía a fallar. Ballesteros y Moyà fueron los primeros que pagaron los platos rotos de las primeras jornadas. El portero por errores que significaron la pérdida de los seis primeros puntos. El central por su temperamento, que le llevó a abofetear a Puyol y Beckham en menos de un mes.

Otros que han ido cayendo ha sido Farinós, Peralta, Yordi y Campano. Cúper va en busca de un once tipo que él mismo ha asegurado que aún no ha encontrado. De momento, ante el Celta repitió la primera alineación de la temporada.

Mañana Cúper alcanza un año en el cargo. Le queda de contrato hasta junio de 2007. Ni la afición ni los directivos ni el propio Cúper y su séquito -Alfano y Siviero- podrían soportar la alarma incesante de un año aprobando las asignaturas en el septiembre futbolístico.