"Oye, dame otro, por favor, que he conocido una titi y...", casi suplicaba un joven a uno de los más de treinta voluntarios que se encargaron de repartir a los aficionados que asistieron a ver el Mallorca-Sevilla quince mil preservativos en una campaña con el logo Que no et fiquin un gol, organizada por Alas, associació de Lluita Anti-Sida de les Illes Balears, y la Fundació del Reial Mallorca.

Esta circunstancia provocó escenas divertidas y curiosas o, cuanto menos, inéditas en un campo de fútbol. "Hay dos veinteañeros que ya han pasado unas cinco veces, y por todos los voluntarios", dijo uno de los voluntarios en la tribuna de sol. Un padre se peleaba con su hijo de 16 años en uno de los fondos al que le decía "dame eso -el preservativo que le habían dado al niño- yo lo necesito más que tú". Un hincha del Mallorca, Josep, era más radical: "¿Nos han dado preservativos para dar por c... al Sevilla?".

Una señora de unos sesenta años y muy elegante se dirigía a una voluntaria así: "Mi nieto me ha dicho que recoja algo que dáis. ¿Y qué es eso?", señalaba cuando tuvo la cajita con el profiláctico en la mano.

Dos niños de menos de diez años se paseaban por la tribuna cubierta con dos globos. Esos globos eran los preservativos hinchados.

Ernesto, que acudió con su hija, Irene, sudaba al tener que responder a su pequeña de ocho años que qué era esa cajita que le habían dado a la entrada del estadio. "Cuando pueda se la quito a ver si olvida", indicaba.