Terminó el partido y Vicenç Grande fue directo a ver a los jugadores del Mallorca que acababan de lograr su segunda victoria de la temporada después de los cinco goles a la Real Sociedad en el mes de septiembre. Sus ganas por abrazarles no eran para menos. El máximo dirigente del Real Mallorca ha sufrido desde el primer día que comenzó la Liga, ya lo avisó en la pretemporada, pero los últimos minutos de ayer fueron de pura tensión. No fue suficiente tener el marcador a favor todo el segundo tiempo y jugar con uno de más por la expulsión de Contreras. Demostró esa tensión con sus primeras palabras a la prensa especializada en el palco de autoridades: "Gracias a Dios que hemos ganado, nos lo merecemos. Se lo merece la afición por su apoyo, se lo merecen los jugadores y se lo merece el cuerpo técnico. Yo soy el que menos me lo merezco". Pese a ello, aseguró que "ojalá jugase el Mallorca cada semana así y ganasen uno a cero". "Lo firmaría", añadió tras el mal juego desarrollado por el primer equipo de club que preside.

Grande estaba eufórico. Como nunca. Parecía el primer triunfo del Mallorca en su historia. "He perdido cincuenta kilos de nervios", proliferaba. Después bajó el peldaño y dijo que sólo veinte. Sobre el siguiente encuentro, perteneciente a la novena jornada de Liga, no quiso hablar todavía. "Faltan todavía tres días para el próximo partido. La euforia durará hasta entonces".

El presidente quería disfrutar de un momento que a bien seguro no esperaba vivir durante la jornada de ayer

La pregunta clave era Héctor Cúper. ¿Qué hubiese pasado con el entrenador argentino si se hubiese perdido? Grande no dudó en señalar una argumentación que no ha cambiado nunca, ni incluso antes de ser presidente: "La confianza se tiene o no se tiene. Y yo la tengo en Cúper".

Grande celebró la victoria con la gente, con el equipo y no dudó en alegrarse sobre todo por una persona: "Por Cúper. Me alegro mucho por él. No se merece todo lo que está pasando. La gente queremos y creemos en él. Me alegra el que haya la confianza de la gente. Ahora espero que llenen el campo el domingo ante el Sevilla porque volverá a ser un partido en el que nos jugamos mucho". Al final de sus declaraciones comenzó a bromear sobre su traje y todo lo que comería al llegar a casa. "Llevo una sudada encima que no veas. Tendría que llevar la ropa a la tintorería".

La actuación de los jugadores fue contradictoria después de ver anteriores encuentros. En esta ocasión, y como bien aseguró antes, el juego no fue todo lo celebrado que en anteriores jornadas. En cambio, ayer se venció. Para Grande no hubo ningún jugador por encima del resto. "Ni tan siquiera Doni o Tuzzio", dijo cuando se le preguntó por dos fichajes que se han realizado con él de presidente.

"No tengo que juzgar a ningún futbolista de la plantilla, hoy les pongo a todos un diez", sentenció el dirigente.