Hugo Ramón avanza a duras penas hacia el Ecuador tras cuatro días en lo que los franceses llaman el Pot au Noir. Ayer dio comienzo para el regatista mallorquín la quinta jornada de duro trabajo en la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT). El ´Mallorca ets tu´ ha marcado una media de 1,8 nudos las últimas 17 horas. La noche ha sido larga en la latitud 3ºN y no parece que el tiempo vaya a cambiar en las próximas horas.

Hugo, que lleva desde el pasado 8 de octubre solo en el Atlántico, ya debe estar pensando en racionar sus víveres. La Mini Transat ha dejado de ser para él una regata para convertirse en una prueba de superación personal y supervivencia. La historia de la vela oceánica está llena de episodios de esta clase: los elementos pueden ser favorables a unos (el grupo de cabeza pasó por la misma zona donde Hugo está atrapado y encontró viento) e implacables con otros. La experiencia de las calmas ecuatoriales está siendo más dura, por lo prolongada, de lo que cabía esperar.

Hugo, como el resto de navegantes que se han estrellado contra el Pot au Noir, está padeciendo unas condiciones extremas de calor y humedad. Y luego está la soledad, otro gran problema.