El entrenador del Barcelona, Frank Rijkaard, mostró ayer su imagen más conciliadora con los jugadores, a pesar de las numerosas críticas que ha recaído en el juego barcelonista, especialmente el defensivo, después de empatar el sábado contra el Deportivo (3-3), cuando había gozado de una cómoda renta (1-3), ya en la segunda parte.

Después de siete jornadas de Liga, el Barca ya ha perdido más puntos (once) de los que ha conseguido (diez), y su juego sigue siendo motivo de crítica, aunque en momentos muy concretos, como en Riazor, su fútbol se asemeja más a la brillantez del año pasado.

Lejos de ampararse en la crítica, Rijkaard ha alentado a sus jugadores a continuar en el buen camino que considera que se encuentra el Barcelona y a mantener "la buena imagen" que dio el conjunto catalán en La Coruña, especialmente en un buen tramo de la segunda parte y los minutos finales de la primera.

Tras el empate de Coruña ya se ha abierto una importante brecha de cinco puntos entre el Madrid y el conjunto catalán, cuando sólo se han celebrado siete jornadas de Liga. Además, en estos partidos, el Barca ha encajado diez goles, una cifra más cercana a los lugares bajos de la clasificación que no a un equipo con las aspiraciones del grupo de Rijkaard.

Pero a pesar de esta nueva pérdida de puntos, Rijkaard no desfallece porque sostiene que los suyos aún tienen motivos para crecer.

"El equipo dio una buena imagen y demostró una línea ascendente de juego que anima a seguir trabajando. Aun quedan muchos partidos y estamos creciendo", señaló ayer el entrenador barcelonista en una conferencia ante los medios de comunicación previa al choque que disputará el martes el Barça contra el Panathinaikos griego, correspondiente a la tercera jornada de la Liga de Campeones.

"El equipo cree en sí mismo"

Uno de los indicadores que más satisfecho le dejó a Rijkaard, del partido contra el Deportivo, fue lo que pudo observar en el rostro de sus futbolistas.

"Ves en la cara de cada uno de los jugadores que el equipo cree en sí mismo. Cuando ganas un partido y eres consciente de que no se ha hecho un buen fútbol la sensación es diferente", puntualizó el entrenador barcelonista.

Otra de las buenas sensaciones que se llevó Rijkaard del choque en Riazor fue que vio un "partido único", en el que jugó un "gran Barca", equipo que a su entender "controló buena parte del partido", y que el conjunto catalán "practicó un buen fútbol".

A pesar de las buenas sensaciones, Rijkaard reclamó a sus jugadores que se comporten como un equipo "compacto", en clara alusión a que esas buenas sensaciones en ataque se fueron al traste por la pésima actuación defensiva.

El Barca jugará el sábado contra Osasuna el primero de los tres encuentros seguidos de Liga en el Camp Nou, por el reajuste liguero al ir la Selección a la repesca.