El partido tuvo dos partes muy diferentes. En la primera un Mallorca muy superior al rival, que impuso mucha intensidad al juego en bastantes fases del partido y que, a parte de fallar un penalti, ha generado muchísimas ocasiones de gol al rival. Esto es un buen síntoma aunque faltó acierto y fortuna. En la segunda parte hemos pagado el desgaste físico de la primera mitad y se ha notado en demasía la ansiedad de victoria. Eso a veces se paga con imprecisiones, nerviosismo y falta de ideas.

Poca recompensa, un puntito y portería a cero.