La selección española interpretó con acierto su papel de favorita en el duelo contra San Marino y firmó una clara victoria (0-6), pero la lógica se impuso, no hubo ´milagro´ bosnio en Belgrado y el equipo de Luis Aragonés tendrá que conformarse con la repesca como vía de acceso al Mundial de Alemania 2006.

Y no es poco premio si se tiene en cuenta la mediocre actuación de España en el torneo de clasificación. La selección española tendrá, en la repesca, un rival que saldrá de entre Eslovaquia, Suiza y Noruega, en el sorteo que se celebrará mañana, en Zúrich, de 12:00 horas a las 12:15.

El guión del partido entre sanmarinenses y españoles sólo tuvo interés por lo que suponía el envite para los de Luis Aragonés.

Historia futbolística hubo poca que contar. España al ataque desde el pitido inicial, en busca en una goleada que le daba opciones de ser primera de grupo, y San Marino replegada delante de su portero para tratar de contrarrestar el asedio español.

El seleccionador español, como se preveía, diseñó una alineación nueva respecto a la que jugó en Bélgica. Hizo seis cambios y, como no podía ser de otra manera ante un rival tan débil, apostó por un equipo con jugadores de clara vocación ofensiva como De la Peña, Raúl, Reyes, Torres y Villa. De defender, no había que preocuparse demasiado.

Antonio López se estrenó como goleador en el equipo nacional en el primer minuto de juego, con un zurdazo desde fuera del área que sorprendió a Federico Gasperoni, y España confirmó de inmediato la fragilidad de su rival.

Fernando Torres aumentó la cuenta en el minuto 10 con un disparo cruzado, tras un gran pase de Reyes, y Sergio Ramos firmó el tercero a la media hora tras resolver un barullo dentro del área. También fue el primer gol del defensa madridista con la camiseta de la selección.

España, sin embargo, no jugó bien pese a su aplastante superioridad. De la Peña, Raúl y Reyes, los tres hombres situados por detrás de la línea de ataque, no estuvieron acertados en la distribución, se atacó muy poco por las bandas y eso facilitó la labor destructiva de San Marino.

Nada más comenzar el segundo tiempo, Sergio Ramos remató de cabeza un saque de esquina lanzado por De la Peña y marcó el cuarto tanto español.

La selección de San Marino, incapaz de salir de su trinchera, no tuvo prácticamente nunca el balón. Lo vio siempre en poder de los jugadores españoles y lo persiguió sin darle alcance una y otra vez, pero se salvó de un castigo mayor por el empecinamiento de los hombres de Luis Aragonés en atacar por el centro.

El guardameta Federico Gasperoni, el único jugador sanmarinense que toca el balón con frecuencia, evitó varios goles, y la mala puntería de los futbolistas españoles también contribuyó a ahorrarle trabajo.

Un penalti sobre Torres que él mismo convirtió significó el quinto tanto (m.78). Poco antes del pitido final, el delantero atlético firmó el tercero de su cuenta y el sexto y último del equipo español.

Acabó el partido en Serravalle, cinco minutos después finalizó el de Belgrado y España está otra vez condenada a jugar a la lotería de la repesca.

Ya le sucedió lo mismo hace dos años, cuando tuvo que enfrentarse a Noruega por un billete para la Eurocopa de Portugal 2004.