Si un gran número de clubes solicitaban en el transcurso de las últimas semanas por diversos cauces niños y niñas para conformar sus equipos de fútbol base, debido a la carencia de ellos, los árbitros también piden ayuda.

Este colectivo, que en la mayoría de ocasiones es actualidad por las críticas que recibe alguno de sus integrantes de clubes y prensa, que consideran que se han equivocado en su actuación, es imprescindible para el correcto funcionamiento de la competición. Si faltan los técnicos, delegados e incluso algún jugador se puede jugar; si el árbitro no está, no hay partido.

En la actualidad el estamento arbitral en Balears lo forman 267 colegiados, desde Ángel Rodado, el máximo exponente que está en Segunda A hasta el último cursillista que acaba de empezar. Esta cifra, que puede parecer muy elevada, es deficitaria por la gran cantidad de partidos que se dirimen cada semana.

"Necesitamos el doble. Así de claro", manifiesta rotundamente el presidente del Comité Balear de Árbitros, Tomeu Riera. "Hay que tener en cuenta que cada semana se disputan más de 400 partidos. Esto significa que como mínimo algunos colegiados deben pitar dos o tres veces para que nadie se quede si jugar", añade.

Además de ser un número insuficiente, hay otros problemas que merman la respuesta arbitral. "Al ser humanos hay que tener en cuenta que se puede lesionar, enfermar o tener alguna indisposición que les impida pitar. El comité enseguida debe reponer esa ausencia. El club o el aficionado obviamente no se da cuenta de estas cosas internas pero ocurren", dice Riera.

Aparte de las indisposiciones o accidentes que puedan sufrir los colegiados, en esta temporada hay un condicionante que resta trencillas al fútbol base del sábado, el adelantamiento de los partidos de Tercera y Preferente al sábado por la tarde, momento de máxima afluencia de partidos. "Hay que tener en cuenta que no es lo mismo que los partidos estipulados en un principio los domingos por la tarde se jueguen el sábado. Si se disputan diez pues son como mínimo treinta colegiados, que deberían pitar en la base, que no puedes contar con ellos", señala el máximo mandatario arbitral.

La solución no es fácil dado que el aumento que sufre el número de equipos no es el mismo en los colegiados. "Nos sacrificamos mucho. Hemos de hacer de todo para que cada fin de semana ni un partido se quede sin jugar por nuestra culpa", manifiesta Riera, que añade: "Ahora convocamos un curso para captar a nuevos colegiados. El arbitraje es un deporte como pueda ser otro. Además, puedes tener mucho porvenir".

"Buena voluntad"

El subdirector de la Escuela Balear de Árbitros, Tomeu Munar, reconoce la necesidad de formar nuevos árbitros de manera inmediata. "El próximo día 7 de noviembre comienza el curso para nuevos colegiados. Confiamos que se apunten bastantes alumnos. Pensamos ir a colegios, institutos, clubes y demás sitios en los que se concentran jóvenes para presentarles nuestra oferta", dice Munar.

Este colegiado señala los requisitos: "Principalmente buena voluntad y ganas de serlo. También te tiene que gustar el fútbol, si no es así que lo deje. Es como si fuera otro deporte".

En la pasada temporada se formaron 29 árbitros que ya ejercen. "Todos pitan. El número de aprobados no está mal pero esperamos que en esta temporada este número aumente considerablemente para paliar la escasez que sufrimos", opina.

Munar, uno de los colegiados más veteranos en el comité balear, pita en la actualidad partidos de fútbol base tras impartir justicia durante muchas Ligas en la Tercera balear.