Carlos Moyá (27-08-1976, Palma) afronta su primer reto empresarial, al frente del nuevo gimnasio Profitness, coincidiendo con una temporada que ha resultado negativa para sus intereses. Instalado en el puesto número 26 de la ATP, el ex número uno del mundo niega estar acabado. Se descubre ante Nadal y se muestra excéptico frente al dopaje que se atribuye al argentino Puerta. Y por eso defiende que el tenis es un deporte limpio y controlado.

-¿El proyecto de su nuevo gimnasio

tiene algo que ver con una retirada?

-Es un proyecto empresarial, para nada la preparación de mi retiro. No estoy acabado, tengo 29 años y me siento muy bien, tanto física como mentalmente. Si el cuerpo aguanta seguro que seguiré varios años.

-Se supone que no hace un balance

positivo de la actual temporada.

-Ha sido un año extraño para mí. No ha sido fácil. Tuve un problema con mi hombro que terminó hipotecándome buena parte de la temporada de tierra batida, que es cuando en teoría debía jugar mejor y sacar más puntos. Ahora intento acabar el año lo más dignamente posible.

-¿Está decepcionado?

-Si, aunque me esperaba un poco de bajón, sobre todo tras tres años consecutivos haciendo master y tras ganar la Copa Davis. Era un objetivo tan grande para mí que el conseguirlo me ha hecho relajarme y perder el marcarme un objetivo. Funciono mejor cuando tengo un objetivo. Me esfuerzo más y me motiva para trabajar.

-¿Volverá al equipo de la Copa Davis?

-No lo sé. Lo debo meditar todavía.

-¿Que impresión le merecen los cambios técnicos en el equipo español?

-Una lástima. Los capitanes que había eran muy honestos, buena gente y saben de tenis. No se dejaban influenciar por nada y son cero políticos. Nunca se debe mezclar el deporte con la política. Arrese y Avendaño en eso son muy independientes.

-¿Han perdido el norte en la Española?

-Ha habido cambios y hay que dar una oportunidad al nuevo presidente, para que demuestre que es lo que es capaz de hacer.

-¿Ya han hablado con usted?

-Hablé con el presidente hace una semana, después del cambio y le dije que no estaba de acuerdo con que la mayoría se enterase del cambio por la prensa y que hubiese sido positivo que comentáse primero el tema con los jugadores. No hablamos de mi vuelta al equipo. No es prioritario.

-¿Como vive el fenómeno Nadal?

-Todo lo que le está pasando se lo merece. Se lo ha ganado, junto a su entrenador y su familia. Nadie les ha regalado nada y tiene un año increíble.

-¿Vé a Nadal de número uno?

-Si aguanta a este nivel sí, aunque Federer es un jugador fuera de lo normal, el mejor tenista de la historia. En otra época con los puntos que tiene ahora nadal ya sería el número uno. Yo estoy seguro que Federer bajará su nivel y que Nadal será el próximo número uno.

-¿Le descarga de responsabilidad?

-Está claro que la mayor parte de tensión y la presión la tiene ahora él. Noto que la gente ya no se fija tanto en mí, pero lo llevo bien, con los pies en el suelo Rafa ahora es el protagonista y a mi me va perfecto. Lo agradezco y lo llevo bien. Yo nunca he querido ser el centro de atención.

-¿Qué aspecto es el que diferencia tanto a Nadal del resto de tenistas?

-Su carácter ganador. No quiere perder nunca. Es súper activo, no puede estar parado. Todos los retos que se marca los consigue y va quemando etapas mucho más rápido que el resto.

-¿Como vive el escándalo del positivo por dopaje de Mariano Puerta?

-L´Equipe es un medio fiable. Es un caso muy negativo para todo el tenis, aunque primero se debe demostrar que es culpable.

-¿Está limpio el tenis?

-Puedo asegurar que está muy limpio. Tenemos controles cada semana, algunos de ellos de sangre. No se puede generalizar, al menos es lo que pienso yo. Eso sí, coincide que la mayoría de los positivos los han protagonizado tenistas argentinos, aunque son casos aislados y nos afectan a todos.