"He pasado miedo de que se lesionase algún jugador". Así de claro habló el técnico español Mario Pesquera al finalizar el encuentro, quejándose de la humedad de la pista. Sólo las ganas de ver en directo a los Gasol, Rudy y compañía animó a una grada que no llenó el Palau d'Esports de Son Moix. Bajo un calor que rozaba lo insoportable, las revistas promocionales del evento se vistieron de abanicos y se erigieron en los grandes protagonistas de una jornada en la que las genialidades del pívot de Memphis y la presencia en el parquet del jugador del DKV Joventut fue lo más vitoreado por las poco más de 2.500 personas que lo presenciaron en directo. Eso si, con el permiso de, quizá el momento más emotivo de la tarde, el homenaje al que fuera seleccionador español Antonio Díaz Miguel. Su esposa, Eva Latorre, recibió emocionada una placa conmemorativa del evento de parte de la consellera de presidencia del Govern balear, Rosa Maria Puig. Pero esta no fue la única personalidad que aguantó estoicamente el calor, ya que el duque de Palma Iñaki Urdangarin, acompañado del director general deportes José Luis Ballester y de Rafel Durán, regidor de deportes del Ayuntamiento de Palma estuvieron presentes.

Quejas

Era tan alta la temperatura en el interior del pabellón, que incluso los propios internacionales españoles y croatas se quejaron al respecto. De hecho, en una jugada del segundo cuarto, el base español Calderón se resbaló y tuvo que ser sustituido al sentir dolor en el adductor derecho. Los lamentos de Pesquera fueron constantes porque el suelo de la pista estaba muy húmedo y las caídas eran constantes en los jugadores de ambos combinados.

El momento más bochornoso fue cuando el segundo técnico español, Joan Creus, le quitó la toalla a uno de los chicos que limpiaban la pista, y se puso él mismo a hacerlo fruto de la rabia que le producía esa situación. Incluso cuando el partido se estaba jugando, un buen número de chavales estaban en la parte contraria y se afanaban a limpiarla, con el consiguiente peligro de que se produjera un contrataque. Además, con el añadido de que estas imágenes las emitió Televisión Española, que ofrecía el partido en directo.

Uno de los miembros del cuerpo técnico español aplaudió de forma expresiva cuando vio aparecer, en el tercer cuarto, unas cuantas mopas. Muchos fueron los espectadores que desde su asiento vieron los dos partidos del día sin camiseta y a buen seguro que si nadie tuvo una lipotimia, estuvo cerca de padecerla. Los bares del Palau hicieron su agosto en pleno mes de julio porque los pasillos de Son Moix estaban muy concurridos, y todos se dirigían hacía esa dirección con la intención de refrescarse. En la entrada se repartieron unos 3.000 globos amarillos y rojos para que el público mallorquín diera el color y el ambiente necesario para el debut con la camiseta absoluta del palmesano Rudy Fernández y también de la selección, en su camino por colgarse un metal en los Juegos Olímpicos de Atenas.

Una tremenda ovación se la llevó el número 17 de España, que debutó cuando faltaban 3:26 minutos para que finalizara el primer cuarto. Todo el público aplaudió orgulloso de ver como un isleño estaba entre los mejores y, además, en 'su casa'. "Ha sido increíble y es una lástima el estado de la pista", dijo Fernández. En definitiva, a partir de las 17:45, los espectadores que estén dispuestos a sudar presenciarán el Angola-Croacia, mientras que a las 20 horas, España-Serbia.