El ciclismo español está viviendo uno de los peores Tours de los últimos años. Se detecta una gran decepción por la actuación de los ciclistas españoles, radicalmente distinta a la del año pasado, cuando se ganaron tres etapas y cuatro ciclistas terminaron entre los diez primeros.

Y eso contando con la desgraciada caída de Joseba Beloki, que se encontraba mejor que nunca. Sin embargo, durante este Tour, tan solo un corredor español, Mancebo, está clasificado entre los diez primeros, en cuarta posición, y tres ciclistas entre los veinte mejores del Tour: Carlos Sastre y Chechu Rubiera en undécima y decimoséptima posición, respectivamente.

Sólo la victoria el domingo en Nimes de Aitor González, que supuso el triunfo número 100 del ciclismo español en la ronda gala, es lo único rescatable de un Tour para el olvido.

Mayo, Heras, Sevilla, Zubeldia y un largo etcétera de candidatos a luchar por el podio o por algo más en el Tour desaparecieron inexplicablemente llenando de decepción el ánimo de prensa y aficionados españoles.

Unos optaron por el abandono, como Mayo y Zubeldia, alegando problemas no sólo físicos sino también psicológicos. Otros siguen en carrera, pero como si no estuvieran, como es el caso de Heras o Sevilla.

"La etapa del pavés (adoquinado) y las dos semanas que vivimos de terreno llano influyeron para que la gente se haya desgastado en exceso, más cuando toda la montaña se encontraba prácticamente concentrada en la última semana", afirmó Eusebio Unzúe, director del Illes Balears.

Mayo y Heras eran las grandes esperanzas del ciclismo español. El del Euskaltel venía de derrotar a Armstrong en el Dauphiné Libéré y Heras llegaba como líder del Liberty, tras salir del equipo del estadounidense, donde era un asistente de lujo.

El jefe de filas del Liberty Seguros se encuentra ni más ni menos que a casi una hora de Armstrong. "No me encontré bien en ninguna etapa de montaña, ni física ni moralmente", comentó Heras.

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El dato

La suerte del campeón

"El dominio de Armstrong en este Tour, más que por su mérito propio, que lo tiene, es debido en gran parte al demérito de sus adversarios, que o no pueden hacer más o se conforman en mantener la posición que tienen y no arriesgan aún pudiendo hacerlo", afirmó Eusebio Unzúe (Illes Balears).

"Este año le ha acompañado un tiempo fresco, la caída del pavés en la que no se vio involucrado, momentos clave en carrera en la que decisiones de otros equipos le benefician. También es increíble cómo todos los favoritos desaparecen del mapa. Debe ser la suerte del campeón", argumenta Manolo Sáiz (Liberty Seguros).