El máximo accionista del Real Mallorca, Bartolomé Cursach, ha vendido su paquete de títulos al resto de componentes del Consejo de Administración de la entidad. Los seis millones de euros, es decir, el 40'8 por cien del total del capital social de la sociedad anónima deportiva, será asumido en porcentajes distintos por los demás integrantes del máximo órgano rector.

El club trabaja bajo la primera idea de que entre cuatro y cinco millones de euros pasen a manos de los otros socios de viaje de Cursach en el club rojillo y la diferencia hasta el total de los seis se coloque por suscripción popular.

Así se decidió en una reunión mantenida el pasado lunes en Son Moix, que se prolongó por espacio de hora y media y en la que solicitó a los componentes del Consejo de Administración su implicación y esfuerzo económico para aumentar su actual cuota de participación.

La distinta concepción de cómo enfocar los refuerzos del primer equipo ha sido el detonante para precipitar la marcha de un Cursach que nueve meses atrás ya había anunciado su interés en vender sus acciones, aunque bajo la promesa de que el comprador sería alguien de la Isla. "Eran culturas empresariales diferentes", se apuntó desde el Consejo.

Ocho compradores

En la actual cúpula directiva hay catorce miembros. Con Cursach abandonan el cargo su hija Sonia, Mateu Palmer y Joan Tolo Seguí. Los dos representantes del Grupo Zeta, Agustín Vitorica y Marcel.lí Socías, mantienen el 20 por cien y ya han anunciado que no tienen intención de ampliar su presencia.

El abanico de posibilidades se centra en Vicenç Grande, Vicenç Rotger, Francisca March, Miquel Dalmau, Miquel Vaquer, Álvaro Delgado, Ignasi Esteve y el mismo Mateu Alemany. Todos ellos continúan al frente de la entidad y se han tomado los próximos días de reflexión para decidir hasta dónde puede llegar su nueva aportación a un Real Mallorca que por segundo verano consecutivo variará la estructura y la formación de su Consejo de Administración.

Hace dos meses, en el transcurso de una cena, Cursach recordó a los otros miembros del Consejo de Administración -sin contar los que llegaron con él- su pretensión de vender los títulos y que se plantearan su adquisición. En esa reunión a manteles se señaló que en caso contrario se abría la posibilidad de vender ese paquete a empresarios o grupos no ligados con Mallorca.

El pasado fin de semana fue decisivo para que la operación cristalizara y el lunes se convocara al resto del Consejo para convencerlos de la necesidad de un nuevo apoyo económico a la entidad.

Otras opciones

No se descarta que personas ajenas a la actual directiva puedan engancharse a esta nueva etapa, "pero siempre que comulguen con nuestra concepción del fútbol", apreció un consejero sobre la necesidad de un equilibrio presupuestario, la necesidad de la permanencia en Primera y el apoyo a la cantera y promoción de jóvenes futbolistas.

En este apartado se incluye a accionistas minoritarios que en la actualidad no forman parte del Consejo de Administración porque sus aportaciones fueron en su día inferiores a las de los catorce integrantes del órgano rector. También se trabaja bajo la posibilidad de que algún hotelero reconsidere su entrada después de la marcha de Cursach de la escena.

Un proceso lento

Aunque está previsto que el viernes o a comienzos de la próxima semana se firme el acuerdo de venta entre el Consejo de Administración y Cursach, la cantidad que finalmente se dedique a suscripción popular no podrá ser asumida por el aficionado mallorquinista hasta dentro de varios meses, ya que los trámites para su compra no pueden ser inmediatos.

En esta oportunidad, el Grupo Zeta no ha vetado la posibilidad de que los mallorquinistas de a pie puedan involucrarse en el accionariado rojillo.

-

El dato

Grande pasará a ser el segundo máximo accionista

A falta de definir los porcentajes exactos que comprarán los demás miembros del Consejo, Vicenç Grande pasará a ser el segundo máximo accionista de la entidad por detrás del 20 por cien del Grupo Zeta. El promotor inmobiliario pasará de controlar un 8'7 por cien a un 18 por cien, aproximadamente.

El presidente mallorquinista ya desveló ayer que el acuerdo es que nadie de los consejeros aglutine más de una quinta parte del total (20 por cien) con el fin de que no haya nadie que pueda tomar las decisiones sin necesidad de consensuar con el resto de los dirigentes mallorquinistas. Las operaciones, en la mayoría de los casos, se articularán a través de Bancaja, que actuará de puente y colaboradora para cerrar la operación.