El italiano Ivan Basso, del CSC, conquistó la cima de La Mongie en la primera etapa pirenaica del Tour en duelo directo con el estadounidense Lance Armstrong, quien allanó el camino hacia el sexto título tras alejar en la general a todos sus rivales directos, mientras que el francés Thomas Voeckler conservó el jersey amarillo.

Basso terminó con dos años de sequía alzando los brazos con un tiempo de 5h.03:58, el mismo que Armstrong. La tercera plaza fue para el alemán Andreas Kloden a 20 segundos, la cuarta para el campeón de España Francisco Mancebo a 24, la quinta para Carlos Sastre, compañero del vencedor, a 33 y la sexta para Oscar Pereiro a 50. Iban Mayo entró en el top ten de la etapa con la novena plaza a 1:03.

A partir de ahí el destrozo fue considerable entre la jerarquía del Tour. Armstrong dejó las cosas en su sitio muy pronto, no esperó más que a la primera etapa seria de montaña. Metió 2:30 a Ullrich y Oscar Sevilla, 2:57 a Heras y 3:27 a Hamilton, un empujón hacia el precipicio considerable para el grupo de oposición al gran jefe americano.

Voeckler entró a 4 minutos, pero aguantó como un titán y retuvo un día más el maillot. Armstrong ya saltó al segundo puesto a 5:24 y la tercera plaza también la puso conservar el francés Sandy Casar, a 5.50. En la otra clasificación el texano sólo mira de cerca a Basso, sexto a 1:19 y a Mancebo, séptimo a 1:29. Ullrich, Sevilla y Hamilton ya están en el club que superan los 3 minutos, Heras se alejó a más de 5 y Mayo ya está en 7.

El primer asalto fue devastador y colocó en camino al ciclista texano. Un puerto de casi 13 kilómetros con un desnivel del 6,8 por ciento fue el escenario del desastre para unos y la confirmación para otros. Basso salió reforzado junto a Mancebo como nuevos jefes de los rivales a batir. Balance más que satisfactorio para el líder del US Postal.

No faltó la escapada de rigor

La etapa escribió su historia en el asscenso a La Mongie, pero no faltó la escapada de rigor. Esta vez con cuatro hombres que apenas permitieron al director dar el banderazo de salida, con el campeón de Luxemburgo Kirchen como mejor clasificado a más de 12 minutos. El cuarteto rodó en buena armonía, pero a medida que se acercaba el Col del Aspin fueron cediendo terreno a marchas forzadas hasta que finalizó la aventura en el km 157 a pie de puerto, donde pasó a escena el US Postal con Rubiera y Azevedo en labores de control y mando. Por entonces el líder, Voeckler, sudaba tinta para aguantar el tipo.

El danés Rasmussen coronó el Aspin y aguantó en cabeza el descenso. Entre los favoritos Armstrong quedó cortado con Ullrich y Mayo por delante, pero enlazó a tiempo para que de nuevo su equipo dirigiese el ascenso a La Mongie.

Rubiera, Azevedo e Hincapie pusieron un ritmo infernal que destapó las miserias de Ullrich, Hamilton, Heras y compañía. Dos ataques de Sastre a cinco kilómetros de meta hizo la selección definitiva y ésta eligió a Basso y Armstrong como los candidatos al triunfo.

El éxito, esta vez para el más joven, un hombre deseoso de hacer algo grande en el Tour. Debutó hace tres años, el primero se rompió la clavícula, en 2003 fue séptimo. Ahora quiere acompañar en el podio "al mejor, al hombre imbatible".