A los estudiantes que han suspendido en junio e incluso a aquellos que han aprobado justito, se les entregan o recomiendan, según sea el caso, algunas tareas para desarrollar durante los meses de verano. El Mallorca, que pertenecería al segundo grupo, tiene la fea o sana costumbre, depende del punto de vista, de iniciar cada curso con los deberes por hacer.

Al día de hoy, echar un vistazo a su plantilla produce escalofríos y nos remite a la preocupación que se convirtió en zozobra durante muchos meses de la pasada temporada. Experimentos aparte en la portería, que confiemos salgan como todos esperamos y deseamos, no hay un solo recambio en los laterales, una aparente sobredimensión de centrales, un centro del campo cojo y poroso, con una delantera pendiente del destino definitivo del internacional camerunés Samuel Etoo.

En el banquillo un nuevo inquilino, Benito Floro, un técnico que levantó toda clase de expectativas a principios de los noventa, las cuales ha tenido que renovar en la primera década del siglo a los mandos del Villarreal, un submarino amarillo dotado de una tripulación de lujo contratada a golpe de talonario. Justo lo que no se va a encontrar aquí, donde el boato no se respira en rincón alguno y los cheques se extienden con cuentagotas.

Los expertos, y Mateu Alemany ya es uno de ellos, aseguran que la prisa está reñida con el acierto en los fichajes, sobre todo desde el punto de vista económico. Seguro que tiene razón, pero el riesgo de pagar demasiado caro el déficit con que cada año se afronta la pretemporada, cada vez es mayor.

Gregorio Manzano tuvo que encadenar siete victorias consecutivas para paliar los efectos de un inicio devastador que amenazó seriamente los pilares de esta peculiar estructura. El portugués Jaime Pacheco no tuvo tiempo ni para eso pero su sucesor, Luis Aragonés -que hoy viaja a Palma para despedirse- también necesitó toda la ayuda celestial posible para mantener a flote un barco cuyas vías de agua parecían inacabables manantiales.

Esta semana se inicia un nuevo proyecto. Bastantes de los mismos discípulos con un maestro diferente. Ha hablado de la necesidad de contar con cuatro refuerzos de peso específico que, a tres días de comenzar los entrenamientos, no están aquí. No se sabe quiénes son los elegidos, aunque se les espera. Desconocemos cuándo llegarán, pero desearíamos que, sin dejar de aguardar la presunta rebaja de precios, fuera un poco antes de lo que aterrizaron hace casi un año.

La verdad, echamos de menos una pretemporada tranquila, bien trabajada, sin sobresaltos, en la que sepamos de antemano quién se va y quién se queda o quién viene. De momento, no es posible.