El estonio Jaan Kirsipuu, un veterano sprinter de la vieja escuela que está a punto de cumplir los 35 años, reapareció ayer con victoria en la primera etapa del Tour, disputada entre Lieja y Charleroi, sobre 202 kilómetros. Una jornada en la que el suizo Fabian Cancellara mantuvo el liderato, pese a la dureza y exigencia de la carrera.

La época de Kirsipuu parecía archivada en la historia y muchos pensaban que solo se limitaba a ganar carreras de segundo orden, pero en la recta de meta de Charleroi, que se le hizo eterna al favorito, el italiano Alessandro Petacchi, apareció y derrotó a todos los jóvenes 'guepardos' que no hace mucho le cerraban el paso.

El velocista del Ag2R se impuso ante el australiano Robbie McEwen y el noruego Thor Hushovd , mientras que el gran Alessandro Petacchi, sin fuerzas para rematar el gran esfuerzo de su equipo, se conformaba con la octava plaza.

El estonio, que cosechó su cuarta victoria de etapa en el Tour, aporta un curioso dato: en 10 participaciones nunca logró llegar a París. Con su victoria reivindicó el papel de los viejos sprinters del pelotón y demostró que sigue siendo un corredor de primera fila.

El suizo Cancellara salvó una dura jornada de lluvia, en la que hubo caídas y su equipo, el Fassa Bortolo, tuvo que trabajar a fondo para neutralizar las escapadas que ponían en peligro su doble interés: mantener el liderato y preparar la llegada a Petacchi.

Gutiérrez cede dos puestos

Las diferentes bonificaciones repartidas a lo largo de la etapa llevaron al primer corredor español de la general, Iván Gutiérrez, del 'Illes Balears', a ceder dos puestos en la general y queda quinto, a 16 segundos de Cancellara. Sexto es Oscar Pereiro, del Phonak, a 19.

La etapa no permitió el descanso. Desde el banderazo de salida se produjeron intentos de escapada. La más larga tuvo como protagonistas a cinco corredores: Tomback, Voigt, Bettini, Renier y Eisel. En buena armonía, llegaron a tener una ventaja máxima de 3:45 minutos sobre el kilómetro 55, pero mantenidos a raya por el Fassa.

El conjunto italiano hubo de tomar el mando ante la obligación de mantener el liderato de Cancellara y permitir a Petacchi estrenar su presumible ciclo de victorias.

La aparición del viento frío y los nervios en cabeza hicieron que el pelotón se rompiera en dos partes, dejando atrás por momentos a algunos hombres del Euskaltel. La reunificación exigió una paliza.

En el kilómetro 131 finalizó la aventura que lideraban Bettini y Voigt. Después, con la carrera controlada y la lluvia poniendo la carretera cada vez más peligrosa, el pelotón permitió la escapada de Piil y Wauters. Su ataque finalizó a dos kilómetros de meta.

Entonces la carrera se lanzó hacia la meta a toda máquina, con los equipos de los sprinters en cabeza. Kirsipuu se metió en la pelea, aprovechando el marcaje de los favoritos, aguantó el ritmo desde lejos y ayudado por Nazon impuso su ley en un final de fuerza. Así, regresó al primer plano del Tour.