Un gol de plata de Traianos Dellas clasificó, contra todo pronóstico, a Grecia para la final en la que, al igual que sucedió en el partido que sirvió para inaugurar el torneo, se encontrará a Portugal.

Perdonó la República Checa a su rival durante el partido y lo pagó en la prórroga, ya que, principalmente en la primer parte, los checos desperdiciaron numerosas ocasiones de gol. Ahora los griegos tratarán de consumar la sorpresa más grande de la historia del torneo ante un rival, Portugal, que buscará la revancha de la afrenta del primer día del torneo.

El partido empezó con el guión esperado. La República Checa decidida al ataque y Grecia a la expectativa pero con el orden del que ha hecho gala habitualmente durante la competición, aunque la voracidad ofensiva checa puso el miedo en el cuerpo a los griegos.

Tras calmar el ciclón inicial de los checos, Grecia se asentó en el terreno de juego e incluso se atrevió a acercase a los dominios de Petr Cech. En esta mejoría del conjunto heleno tuvo mucho que ver Georgios Karagounis, quien se hizo con el balón y calmó las arremetidas checas. La situación había cambiado y Grecia controlaba la situación.

En el tramo final de este primer periodo, la República Checa sufrió un contratiempo importante al perder por lesión a su buque insignia, el centrocampista Pavel Nedved. La segunda parte se abrió con la incógnita de cómo encajaría el equipo de Bruckner la ausencia de su 'jefe' Nedved, aunque pronto quedó claro que el conjunto checo no perdió su espíritu.

Un agarrón de Traianos Dellas a Jan Koller en el área no fue considerado por Pierluigi Collina como penalti en la jugada más conflictiva del partido, poco después de que el propio Koller estuviese a punto de marcar.

Grecia aguantaba las acometidas de su rival y, cuando podía, buscaba su oportunidad para marcar. El equipo de Rehhagel parecía más entero en el tiempo suplementario y lo demostró.

Tanto lo intentaron los griegos que, al final, un certero cabezazo del central del Roma, Trainaos Dellas en el último minuto de la primera prórroga se convirtió en el gol de plata del partido y consumó la sorpresa al clasificar a Grecia a una final que nadie esperaba.

GRECIA 1: Nikopolidis, Seitaridis, Kapsis, Dellas, Fysas, Zagorakis, Katsouranis, Basinas (Giannakopoulos, m.72), Karagounis, Vryzas (Tsartas, m.91) y Charisteas.

REPÚBLICA CHECA 0: Cech, Grygera, Ujfalusi, Bolf, Jankulovski, Galasek, Poborsby, Rosicky, Nedved (Smicer, m.40), Baros y Koller.

Árbitro: Pierluigi Collina (ITA). Mostró tarjeta a amarilla a los griegos Seitaridis, Charisteas y Karagounis, y a los checos Galasek, Smicer y Baros.

Gol: 1-0, m.106+: Dellas.