Antonio Escribano llegó al mundo del fútbol superados los 50 años, con mucha experiencia bajo el brazo e incluso con vivencias en el mundo del atletismo, sobre todo en la prueba del maratón. En la actualidad, un lustro después, compagina su trabajo en Primera División con equilibrar la alimentación de la Federación Española de Baloncesto. El doctor más reconocido del momento relata su llegada al Sevilla, considerado el mejor equipo del mundo 2006.

- ¿Cómo se le ocurrió este sistema?

- Soy especialista en medicina deportiva, además de profesor de fisieología del ejercicio desde los años ochenta. Y hace cinco que entré en el Sevilla, fue en la etapa de Joaquín Caparrós. Fuimos aplicando mis ideas poco a poco y tuvimos la gran suerte de coincidir con la época dorada del club. Fuimos reinstaurando todo esto. Un montón de novedades que luego se convirtieron en rutina.

- ¿Esperaba que tuviesen tanto éxito?

- Me ha soprendido el éxito agradablemente. El tema de la alimentación es lo que más interés tiene en internet. A diario son las páginas más visitadas en la red. Todo el mundo está muy preocupado por la salud. Se come muy mal, hay mucha obesidad en nuestra sociedad. Los jugadores creen en la teoría de que hay que comer más, pero lo cierto es que lo importante es controlarla.

- ¿Le molesta que pueda compararse su producto, la papilla, con el dopaje?

- Me ha molestado muchísimo, porque es una verdadera barbaridad confundir mi teoría con el dopaje. Mi línea era la contraria, como lo blanco y lo negro. Todas las cosas tienen errores de bulto importantes. Ésta es una. Lo de Antonio (Puerta) fue en el primer tiempo -cuando el futbolista cae desmayado en el campo-. La metedura de pata es escandalosa. ¿Cómo se pueden decir estas cosas? ¿cómo se relaciona lo irrelacionable? Al final, por suerte, todo ha dado la vuelta y se ha conocido lo que hago.

- Ha reiterado siempre que evita tratamientos mediante pastillas o productos similares.

- Huimos de todo este tipo de cosas e intentamos que la gente lo evite. Las pastillas no me gustan. Tengo la teoría de decir que las vitaminas y sales minerales se comen, no se toman. Pero hay que saber elegir qué comida es. Yo se lo doy hecho a los jugadores, les doy un planning. Mucho más detallado, específico, casi diseñado.