José María Pedrera, alero del Grupotel.com Muro, ve como a sus 34 años una lesión le retira del baloncesto, en la que iba a ser su última campaña como jugador profesional. Formado en la cantera del Barcelona, pasó por varios equipos de la ACB como Murcia y Cáceres, emigró a Portugal y desembarcó en la LEB-2 con el Burgos primero y con el Drac Inca después. La historia seguiría en el Grupotel.com Muro, entonces en Liga EBA.

El pasado 20 de diciembre, a los 3 minutos del encuentro ante el Real Madrid que cerraba la primera vuelta, un mal movimiento tuvo un resultado fatal. Rotura del ligamento cruzado anterior y menisco. Ahora espera para poder operarse y recuperar la articulación, ya para la vida de ´paisano´. "Ha sido un palo; tenía pensado en un 99 por ciento que era la última temporada y me hubiese gustado acabarla", apunta el jugador extremeño. Al igual que su hermano Toni, las rodillas han sido la cruz de su carrera deportiva -17 años-: está operado de ambas y precisamente una lesión mal recuperada del ligamento le impidió fichar antes en el Drac Inca. "En mi carrera he tenido de todo. Ascensos, descensos, incluso algún título; sólo me ha faltado ser internacional con la absoluta, pero eso estaba muy caro, ja,ja....", reconoce.

Lo que peor le sabe es dejar el equipo ahora: "Tal y como marchan las cosas, era una buena manera de poner el punto final". Su único consuelo es "que el equipo ha cumplido el objetivo de la salvación". "Esto me tranquiliza, además estamos en la Copa y podemos pensar en el play off", apunta. ´Pedre´ es uno de los artífices del ´buen rollo´ del vestuario del cuadro murer y un bromista consumado. Por este motivo, reconoce: "Ya echo de menos los viajes y la convivencia con el equipo. El ambiente que tenemos en el Muro no se encuentra en ningún sitio y yo que he estado en muchos sé que lo de aquí no es lo habitual".

Pedrera venía a Mallorca para jugar un año, tal vez dos, en el Drac Inca. Tenía la casa comprada en Burgos. "Pero mi mujer encontró trabajo como enfermera, nos encontramos muy a gusto y vendimos la casa de Burgos y ya hemos comprado una aquí para echar raíces", cuenta. Pedrera, temido hasta el momento por cualquier defensa zonal por su habilidad para clavarla desde los 7 metros, ya piensa en un futuro dentro del baloncesto: " Mi idea es seguir en esto y no dejarlo de golpe, si no... pues habrá que buscarse otra cosa". De momento su hija Lucía le mantendrá ocupado.