El pasado sábado vivió uno de los momentos más felices e inolvidables de su vida, el reconocimiento y el homenaje del UE Alaró y del pueblo por su dilatada trayectoria en el club blanco. Y es que Nofre Bibiloni (Alaró, 1952) lleva 40 años -"Juraría que llevo 43, pero no estaremos por tres años ahora", dice- como encargado de material en la entidad alaronera. Antes del partido de la primera plantilla, que milita en la actualidad en la Regional Preferente, ante el Rotlet Molinar (1-1) recibió el reconocimiento público -se le entregaron distintos obsequios- y un sonoro aplauso de todos los presentes.
Menudo reconocimiento vivió el pasado sábado.
Estuvo muy bien, la verdad. No me esperaba tanto cariño por parte de todos. Sólo puedo estar agradecido a la gente por estar a mi lado. Quiero al Alaró y siempre lo llevaré en el corazón.
40 años como encargado de material. Se dice pronto.
Creo que son 43 [se pone a reír], aunque ciertamente no me acuerdo exactamente del año en el que entré. Pienso que fue en 1975 y hasta ahora. Muchos años, muchas vivencias. Me lo he pasado muy bien, ya que siempre el Alaró ha sido como si fuera mi familia.
¿Cómo entró en el Alaró en el año 1975?
El presidente que estaba en esa época, creo que se llamaba Guerrero, me dijo por aquel entonces si podía estar con él, ayudarlo y demás. Acepté. Luego fueron pasando los meses, años y distintas etapas del club hasta la actualidad. Ha habido muchos presidentes y siempre me he llevado bien con todos.
¿Siempre ha hecho lo mismo, encargado de material?
He hecho de todo en el club, aunque siempre he tenido la responsabilidad de gestionar y lavar la ropa de los jugadores, principalmente de los componentes de las primeras plantillas.
¿De todo?
Sí, como sucede en los clubes modestos. Ha habido veces que he hecho de delegado de la primera plantilla, he arreglado cosas en el campo y siempre que he podido he dado una mano en los quehaceres diarios del club.
¿Qué hace un encargado de material en un club de fútbol?
Me encargo de limpiar toda la ropa deportiva a la primera plantilla y las camisetas al equipo juvenil. Ordenarla y colocarla para que la vuelvan a usar. Se hacen muchos lavados a la semana. No obstante, ahora las cosas han cambiado ya que disponemos de buenas lavadoras y secadoras, pero antes todo esto era más complicado. Antes también hubo periodos en los que se limpiaba la ropa a todos los equipos del club, era una pasada de trabajo.
¿Se esperaba este homenaje?
Sabía que me hacían algo, pero no me imaginaba tanto cariño hacia mí. Me entregaron tres placas, una el presidente de la Federació de Futbol de les Illes Balears, Miquel Bestard; otra el club y otra el equipo de veteranos de Alaró. También el presidente del club me entregó una gorra y un escudo. El equipo contrario, el Rotlet Molinar, se portó muy bien y me dio un banderín. Todo el mundo estaba pendiente de mí, qué vergüenza. Estuve muy contento. Al final nos empataron (1-1), pero bueno, no se puede tener todo.
En todos estos años, ¿qué destaca o con qué se queda?
Me quedaría con las amistades que he hecho. Todos me conocen, incluso los componentes de los clubes visitantes. Esto me llena de orgullo. Vienen, te saludan y hablan contigo. El Alaró es y será mi casa.
¿Su mejor momento en el club?
Ha habido muchos. Destacaría la consecución de títulos o ascensos de la primera plantilla. También ver la ilusión que tienen los niños, eso es muy bonito.
¿Y el peor?
Ver lo mal que se quedan los jugadores y demás tras perder o después de un descenso.
¿Y la multitudinaria pelea del año pasado en un partido de fútbol base que sucedió en Alaró?
Cuando hay peleas yo no me meto, prefiero estar alejado. Son cosas que no me gustan.
¿Hasta cuándo?
Ahora he estado recuperándome y no sé si volveré a estar bien, espero que sí. Me gusta el fútbol y añoro el día a día del club alaroner.
