El salto de trampolín está preparado para dar el último impulso. Un brinco al vacío que se ha estado preparando desde hace casi dos lustros. Con varios nadadores metidos en la dinámica de las selecciones españolas de base, el próximo paso es alcanzar la internacionalidad absoluta. Pero, sobre todo, crecer. Como personas y deportistas.
Ese el objetivo que, desde que aterrizó en Mallorca, se había marcado Donald Miranda, director técnico del Centre de Tecnificación (CTEIB) del Govern y ahora también de la Federación Española de Natación. "Es un reto, un estímulo", asegura quien ha sido el principal impulsor del programa de saltos de trampolín la Federación Balear. Y todo ello, pese a la carencia de instalaciones. No ahora, sí durante los años que permaneció cerrado el mismo Son Moix en donde ahora se escucha el barullo propio de medio centenar de jóvenes, chicos y chicas, entrenando y zambulléndose en una piscina clausurada en octubre de 2007 por culpa de un tornado que afectó gravemente la estructura del pabellón.
Los componentes del Centre de Tecnificació, los integrantes del Club Saltos Mallorca y los más pequeños de la Escuela del IME (Institut Municipal de l'Esport) dan actividad al salto de trampolín en Mallorca. Y Balears, porque solo hay entrenamientos y competiciones en la isla mayor del archipiélago. Nada extraño tampoco si se tiene en cuenta que en toda España son seis los clubes dedicados a una modalidad que, por número de practicantes, es minoritaria, y que en los últimos años está aumentando su nivel en torneos y campeonatos internacionales. Madrid, Las Palmas, Barcelona y Palma son las ciudades en donde existe este deporte.
Matthew Wade, Adrián Abadía, Andreu Jaume, Cristina Mota y Xisca Bauzá, la más veterana y capitana del combinado balear, forman el grupo del CTEIB. Junto a ellos, una veintena de chavales que compiten con la ficha del Club Saltos Palma y otros tantos que dan los primeros saltos con la Escuela. "Nos gustaría tener un poquito más, pero hay un problema de espacio", dice Donald Miranda, quien afirma que "lo importante es mantener el ratio de cantidad/calidad", aunque "la idea es seguir creciendo". "En el futuro nos gustaría tener unos 80 saltadores", añade, aunque para ello deberá aumentar el tiempo de disponibilidad de la piscina de Son Moix, que comparten con la natación sincronizada. "Es una situación complicada, principalmente por la tarde, también para ellos. Se trata de organizarse bien, de sentido común", asevera.
En la piscina interior de Son Moix todo es casi perfecto. El único pero es que no hay plataforma. En Son Hugo sí existe la posibilidad de entrenarse en esa modalidad, pero este verano estará cerrada la piscina de saltos. Hay reformas y se ha tenido que abandonar el proyecto de organizar el Campeonato de España en Palma.
Será un parón, leve, en el trabajo de este verano, en el desarrollo de un programa que ya se plantea el siguiente paso: la llegada de las promesas a la categoría absoluta. Hasta la fecha el nivel es alto, "muy alto", agrega Miranda, que recuerda las medallas nacionales de los componentes del Centre de Tecnificació y de Joan Estrems. O las internacionales de los juniors Wade y Abadía.
El reto es mantener este buen nivel en el paso de los saltadores a la categoría absoluta. "Hay ilusión y ganas. Antes no había ni piscina y en tres años los juniors han pasado a competir internacionalmente", sentencia Donald Miranda, que añade el objetivo principal: "No vamos solo detrás de los resultados deportivos. Como Centro de Tecnificació no queremos deportistas de 18 años sin estudios, buscamos más formar a personas que a deportistas. Queremos que crezcan con valores, que compaginen estudios y deporte y que vayan madurando".
