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Gente en la sombra

Miquel Llompart: "Nada me gusta más que jugar a baloncesto, amo este deporte"

"Con 47 años todo se ve de otra manera, incluso se saborean más las cosas"

Miquel Llompart posa junto con sus hijos este pasado domingo en la pista del Bunyola y con la camiseta del Son Servera.

Hablar de baloncesto en Mallorca es hacerlo de Miquel Llompart, más conocido como 'Coriós'. A punto de cumplir 47 años (Alcúdia, 1969) sigue en plena forma y firmando estadísticas que muchos jugadores ya quisieran en categoría nacional. Asegura que ama el bàsquet y que seguirá hasta que se encuentre bien sobre la pista. Ahora acaba de ascender a la Primera División Balear con el Son Servera. En la final, celebrada en Bunyola ante el Molinar, hizo 20 puntos y fue de los mejores.

-Con casi 47 años, usted sigue siendo un líder en la pista.

-La verdad es que no sé si soy un líder, pero en la pista nunca he podido esconder mi carácter, que tiene sus cosas buenas por lo competitivo pero también malas. Aunque con la edad todo se ve de otra manera, incluso se saborean más las cosas.

-Con todo lo que ha vivido, ¿sigue motivado?

-He intentado hacer otros deportes como por ejemplo bicicleta de montaña, pero al final nada me gusta más que jugar a baloncesto. Amo este deporte, y no solo en la pista sino todo lo que lo rodea. Un buen vestuario es una forma de vida.

-Ahora ha buscado, y conseguido, el ascenso con el Serverense.

-En todo en la vida tiene que haber un objetivo. Sin este, al final no hay implicación ni trabajo. Acepté ir a jugar a Son Servera por amistad, pero tanto la gente del club como los compañeros, que son fantásticos, han hecho que esta etapa dure más de lo que debería y que logremos el ascenso.

-¿Qué le dicen sus hijos cuando ven que su padre se va a jugar?

-No hay nada que me haga más feliz que ver a mis hijos en un pabellón. A ellos les encanta, pero el verdadero mérito es de mi mujer Marga por aguantarme y ayudarme a que mis hijos se enganchen a este deporte. De momento los tres juegan a baloncesto.

-Ha estado en casi todos los proyectos que ha habido en Mallorca, ¿con cuál se queda?

-Sobre todo me quedo con dos, el Alcúdia de Guillermo Alomar, que fue mi etapa de formación, y las campañas en el Bàsquet Inca, donde viví dos años maravillosos. Aunque para ser justos he de decir que en todos los sitios donde he estado me han tratado de maravilla.

-¿Qué entrenador le ha dejado huella?

-La mayoría de los que he tenido han influido en mí de una u otra forma, pero siempre hay personas que te marcan más. En mi caso no puedo olvidar a Guillermo Alomar, mi padre deportivo; Joan Alemany, Pep Palmer o, sin ser entrenador, al periodista Tomeu Garcías. Todos ellos me marcaron muy positivamente.

-¿Qué jugadores le han cautivado?

-He tenido el privilegio de jugar con grandes jugadores y mejores personas. La lista sería muy larga, aunque el que más me marcó fue Xisco Borrás, yo era muy joven y entrenar con él fue un regalo.

-¿Qué falla para que aún no haya habido un equipo mallorquín en ACB?

-En ocasiones ha fallado la suerte, que es muy importante en el deporte. Sin embargo, también pienso que la diferencia entre Mallorca y, por ejemplo, Menorca, que sí ha tenido ACB, es que nos falta que todo el básquet mallorquín reme a favor de un proyecto como ahora es el del Bahía San Agustín. Si no es de esta manera es muy difícil de conseguir.

-Usted fue alcalde de su ciudad natal, Alcúdia. ¿Volvería a serlo?

-Estoy muy orgulloso de haber llegado a alcalde de mi ciudad. Fue una etapa muy bonita que duró cuatro legislaturas [entró de concejal en 1999], pero estas tienen que terminar. En política nadie debería perpetuarse en los cargos. No me parece bien que se haga de la política una profesión de por vida.

-Usted sería un buen presidente de la federación, ¿se loplantea?

-Amo este deporte, pero no desde los despachos. Me veo más como jugador o entrenador que haciendo otra cosa.

-¿Cómo ve el baloncesto balear que usted tanto conoce?

-Pienso que no está en su mejor momento por tres circunstancias: primero, con la crisis hay pocos patrocinadores y sin dinero es complicado; luego está la falta de mentalidad de alguna gente joven, falta mentalidad de esfuerzo; y la tendencia, por parte de cada vez más clubes, de convertirse casi en clubs d'esplai, no de baloncesto.

-Una pregunta que no puede faltar, ¿Hasta cuándo jugará?

-Siempre he dicho que deportivamente me he llevado más disgustos que alegrías, pero lo que me ha regalado el baloncesto no tiene precio: amigos de verdad, vivencias inolvidables, muchas amistades y un sinfín de cosas. Siendo consciente de que me he equivocado cientos de veces, por lo que no me cansaré de disculparme, me conformo con que a mis hijos, si llegan a jugar a este maravilloso deporte que es el baloncesto les regale lo mismo que a mí. Me sentiría muy satisfecho.

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