Ideas para celebrar Eurovisión con amigos y familia: descarga aquí la porra de Diario de Mallorca para imprimir

Cada vez más grupos de seres queridos celebran quedadas temáticas para disfrutar del festival entre disfraces, porras y bingos especiales

Melody, en un instante de la actuación en Eurovisión.

Melody, en un instante de la actuación en Eurovisión. / ARCHIVO

Palma

Cada año, millones de europeos marcan en rojo una noche en su calendario: la final de Eurovisión. Pero más allá del espectáculo televisivo, esta cita se está consolidando como una de las excusas favoritas para reunirse con amigos, celebrar fiestas temáticas y, por qué no, sacar a relucir toda la creatividad. En Mallorca no es diferente. Las redes sociales y los grupos de WhatsApp se llenan estos días de fotos de quedadas eurovisivas donde no faltan disfraces, cenas internacionales, porras improvisadas y hasta bingos temáticos que convierten el visionado del festival en un auténtico show casero.

Disfraces, porras y mucho brillo

Cada vez son más populares las fiestas en las que los participantes eligen un país favorito —ya sea por su canción, por la puesta en escena o por simpatía—, se disfrazan con algún elemento típico y aportan un plato representativo de esa cultura. Desde pizzas italianas hasta pastelitos suecos, pasando por tortilla española o dulces turcos. La premisa es clara: cuanto más kitsch, mejor.

Pero además de los disfraces y la gastronomía, la diversión está asegurada gracias a ideas como hacer una porra en grupo. Muchas personas utilizan plantillas como la de Diario de Mallorca, en la que pueden anotar, después de cada actuación, la puntuación que cada uno daría si fuera jurado. Así, al acabar la gala, se pueden comparar los resultados y ver quién se acerca más a la clasificación oficial. Las risas están garantizadas, sobre todo cuando el país que todos detestan acaba arrasando en votos del público.

Bingo eurovisivo: la joya de la noche

Pero si hay algo que no falla en estas fiestas es el bingo de Eurovisión. Cada cartón recoge acciones que casi siempre suceden en el festival: desde un viento artificial en la cara de la cantante hasta cambios de vestuario imposibles o la aparición de un espontáneo en el escenario. A medida que van sucediendo estas escenas, los jugadores tachan su cartón hasta que alguien consigue el ansiado “bingo”. Una dinámica sencilla que mantiene la atención en el show y convierte hasta la canción más lenta en motivo de carcajada colectiva.

Eurovisión ha dejado de ser solo una gala televisiva para transformarse en una excusa perfecta para reunirse, reír, disfrazarse y celebrar la diversidad. Porque si algo tiene este festival, además de canciones pegadizas y trajes imposibles, es la capacidad de unir a las personas alrededor de la tele... y de la mesa.

Tracking Pixel Contents