La bailarina mallorquina Carla Magrané entra en la Escuela Jacqueline Kennedy Onassis de Nueva York

Esta quinceañera avanza en su camino para conseguir ser parte de la compañía American Ballet Theatre

Carla, el pasado año en Nueva York.

Carla, el pasado año en Nueva York.

Montse Terrasa

Montse Terrasa

Palma

La joven bailarina Carla Magrané Juncosa continúa con tesón su formación con la aspiración de poder ser un día una más en el American Ballet Theatre (ABT). Ahora, anuncia emocionada que es la primera mallorquina en ser admitida en la American Ballet Theatre Jacqueline Kennedy Onassis School, en Nueva York. «Estoy feliz y agradecida por esta oportunidad que me acerca un poco más a mi meta de bailar algún día con la compañía del ABT», afirma esta quinceañera. 

«Entrar en la American Ballet School es un sueño que parecía inalcanzable. Significa saber que voy por buen camino, que todo el esfuerzo, cada hora en la barra, cada sacrificio… ha valido la pena», afirma esta joven, que el pasado verano ya realizó un programa intensivo en Nueva York. «Cada año, miles de jóvenes de todo el mundo optan a sus plazas. Que Carla haya sido seleccionada no solo representa un éxito personal, sino también un reconocimiento para la danza balear y española», destacan desde el entorno de la bailarina sobre la oportunidad que se le presenta para el próximo curso. 

Carla, de madre mallorquina y padre catalán, nació en Nueva York, pero con pocos años vino a vivir a Mallorca junto a su familia. Desde muy pequeña ha tenido claro que la danza es su mundo. Primero se formó en el Estudio de Danza María Antonia Mas, en Palma. Después, con 12 años, comenzó estudios de Enseñanzas Profesionales de Danza Clásica en el Conservatorio y, tras conseguir una beca del maestro Juan Polo para una estancia corta en el Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma, fue invitada a continuar su formación en ese centro de Madrid. Actualmente continúa allí cursando Enseñanzas Profesionales de Danza, que compagina con 4º de ESO en un instituto y de forma presencial. «Entre las asignaturas del Conservatorio, me encanta Anatomía de la Danza, entender cómo funciona el cuerpo, cómo sacarle el máximo rendimiento, aprender a minimizar el riesgo de lesiones y así alargar mi carrera. Todo lo relacionado con el cuidado del cuerpo y la mente de una bailarina me interesa», remarca.

La joven, ante la sede del American Ballet Theatre, en Broadway.

La joven, ante la sede del American Ballet Theatre, en Broadway. / Foto cedida por la familia Magrané Juncosa.

Conseguir una plaza en la American Ballet Theatre Jacqueline Kennedy Onassis School tiene una carga sentimental. «El primer ballet que vi de niña cuando vivía en Nueva York fue precisamente en el ABT y allí empezó mi amor por la danza clásica. Viviendo en Mallorca seguía viendo sus ballets y me imaginaba bailando en esos estudios donde ahora tomaré clases, con los profesores que tanto admiro, algo que nunca pensé que se haría realidad», recuerda.

La joven dedica unas 30 horas semanales a entrenar técnica, puntas, repertorio, su preparación física y paso a dos. «Hay días en los que me siento agotada, en que añoro Mallorca y a mi familia, pero cuando bailo, todo cobra sentido», afirma. Su entorno cuenta que en los últimos años Carla ha renunciado a planes propios de chicas de su edad y ha aprendido a estudiar en el metro, a cuidar su alimentación y a organizarse para no fallar nunca. «Echo de menos cosas sencillas como no hacer nada una tarde, pero esto es lo que he elegido, y lo hago feliz», cuenta ella. En los últimos años se ha formado en el Royal Ballet School de Londres, Académie Princesse Grace de Monaco, Corella Barcelona, Boston Ballet School y American Ballet Theatre de Nueva York.

Otra imagen de la bailarina en Nueva York.

Otra imagen de la bailarina en Nueva York. / Foto cedida por la familia Magrané Juncosa.

«Toda mi formación anterior, desde Mallorca a Madrid, con todos los cursos intensivos realizados fuera en los últimos años, han marcado el camino para terminar en Nueva York», asegura Carla, quien tiene intención de seguir en contacto con el Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma. «Nos dan facilidades para compaginarlo y la idea es seguir tomando clases cuando me sea posible y examinarme también aquí, en convocatoria extraordinaria a final de curso para graduarme dentro dos años», explica.

Campaña de ‘crowdfunding’

Tal como hizo para poder asumir los gastos de esa formación intensiva en verano, la joven ha reactivado la campaña de crowdfunding en GoFundMe para costearse este curso en la American Ballet Theatre Jacqueline Kennedy Onassis School, que asciende a 30.000 euros. «Empecé esta campaña en 2024 para poder asistir al intensivo de verano del ABT en Nueva York, y fue una experiencia increíble. Un año después, haber sido aceptada en el programa regular es un paso muy importante para mí. Es el comienzo de una nueva etapa en la que seguiré esforzándome al máximo, y cualquier ayuda para hacerlo posible significa mucho. Este no es el final del viaje, sino el principio. Si queréis acompañarme y seguir soñando conmigo, vuestra ayuda y apoyo significan mucho», ha comunicado la joven.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents