Daniela Vallejo Capitán, Miss Trans España 2025: «Condeno los tuits de Karla Sofía Gascón, pero se la ataca por su transexualidad»

Esta malagueña de nacimiento se trasladó a Mallorca para huir de una dura historia personal, en la que dice haber sufrido transfobia familiar, laboral y terapias de conversión

En octubre competirá en el certamen Miss Queen Trans World en el que hará gala de su activismo

Así es Daniela Vallejo, Miss Trans España 2025

Ana B. Muñoz

Montse Terrasa

Montse Terrasa

Palma

A sus 45 años, Daniela Vallejo Capitán ha sido proclamada Miss Trans España 2025. Procedente de Málaga, tiene una dura historia detrás. «Me tocó sufrir transfobia familiar, laboral y terapias de conversión», cuenta. Fue adicta a las drogas, primero para conseguir sexo con hombres heterosexuales y, segundo, para evadirse de la realidad, explica. Huyendo de todo eso, vino a Mallorca en 2017 y aunque no todo ha sido fácil, aquí logró desintoxicarse, transicionar de hombre a mujer, tener marido y un trabajo. Defiende que «hoy en día, en la diversidad está la belleza». Y sobre la polémica alrededor de Karla Sofía Gascón, condena los tuits que publicó años atrás, aunque también cree que «se la ataca por su transexualidad». «Cada día se nos está ridiculizando, se nos machaca, se nos estigmatiza más y se nos señala. Se nos persigue más a las mujeres trans y es una realidad», afirma.

Como aspirante a Miss Trans España, certamen que es «un híbrido entre belleza, comunicación y activismo», Daniela Vallejo expuso «que tanto la mujer transgénero como una mujer cis no deben tener fecha de caducidad y que deben cumplir sus sueños, que hay mujeres que son bellísimas con un metro cincuenta de altura o hay mujeres con una talla cuarenta y cuatro que son espectaculares, guapísimas. O que con sesenta años se puede seguir siendo guapísima. Que no hay que tener esos cánones de belleza establecidos de 90-60-90 y de dieciocho a veinte años, que el cánon de belleza es muy diverso».

Tras conseguir el título, Daniela Vallejo competirá en Miss Queen Trans World el próximo octubre, en Montpellier. «Me estoy encontrando con mucho apoyo aquí, en Mallorca», comenta desde Alcúdia, donde reside. También la apoyan en su Málaga natal, adonde regresará en marzo para presentar el carnaval. Allí, un doctor especializado en medicina estética también le ha ofrecido su colaboración, porque Daniela se enfrentará a mujeres «supermegaoperadísimas, superjovencísimas y espectaculares». Frente a la perfección lograda con bisturí, ella echará mano de su bagaje, de su historia y defenderá, tal como le ha animado la organización española, que se pueda presentar «una mujer de talla 42, de cierta edad o no tan feminizada por la situación que le ha tocado vivir».

En la conversación quiere dejar clara una cosa: «Yo no me dedico ni me he dedicado ni quiero dedicarme a la prostitución porque no es mi objetivo. Que sí que es un dinero más fácil, más rápido, como lo hacen todas para conseguir dinero para este tipo de operaciones, pero no es mi objetivo. Prefiero seguir luchando con mi activismo en lo que yo pueda para conseguirlo», se sincera.

Diseñadores de ropa también le han propuesto hacerle los trajes para el certamen internacional. «La verdad es que me estoy encontrando con mucho apoyo que ni me lo esperaba, porque decía, cuando vean que soy una mujer de 45 años, que aún sigue teniendo rasgos masculinos, que no soy tan bella como el resto de las chicas, no voy a tener apoyo. Y todo lo contrario», manifiesta contenta.

Experiencia traumática

Daniela relata que su infancia fue difícil. Padeció ginecomastia puberal, un crecimiento de las glándulas mamarias, y como por entonces era un chico, el pediatra le diagnosticó trastorno hormonal. Para revertirlo, le inyectaban testosterona. Tenía 14 años y esa terapia de conversión le acarreó problemas físicos y mentales, relata. El ambiente familiar tampoco ayudó. «Fue todo muy traumático hasta que llegaron las adicciones. La única vía de escape que encontré en aquel momento», explica. Primero fue cocaína y después heroína. «Y ahí ya fue donde toqué fondo y puse tierra de por medio [para instalarse en Mallorca, donde había hecho la mili]. Y la llevo rehabilitada desde 2018», añade.

Durante años, Daniela trabajó en banca, cubriendo vacantes por medio de una empresa de trabajo temporal. Hasta que un día se presentó en una nueva oficina de Pollença. «Mi coordinadora sabía que yo soy mujer transgénero, que no voy de traje y corbata. Y yo me encuentro que llego a esta oficina y me dicen que cómo se me ocurre presentarme así a trabajar. Me tuvieron 8 horas sentada contra la pared, contra una pared, en una mesa aislada». Acabó siendo despedida y ella denunciando lo ocurrido, aunque por consejo de la ETT la acabó retirando, algo que ahora considera un error, porque no la volvieron a contratar.

En la actualidad trabaja en un restaurante en Alcúdia donde se siente valorada y puede vestir «como quiera». Su marido es de etnia gitana, por lo que los mensajes racistas de Karla Sofía Gascón le han molestado especialmente. «Condeno sus tuits, me duele que su pensamiento sea así, pero se la ataca por su transexualidad», afirma sin dudar.

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