Oblicuidad
Los Goyas Karlistas, como si ella no estuviera presente
Karla Sofía Gascón ganó protagonismo con su ausencia de la gala, y demostró el pavor que inspira hasta la mención de su nombre

Eduard Fernández es ‘Marco’, no lo interpreta. / "Associated Press/LaPresse Fermin Rodriguez"
Si Karla Sofía Gascón (KSG) hubiera asistido a los Goyas, habría sido la protagonista principal. Al no comparecer, fue la protagonista absoluta. Su ausencia fue más relevante que su hipotética presencia, antes incluso del Goya a ‘Emilia Pérez’ con confusa alusión al «odio». Vamos a suponer a efectos dramáticos que las bajas encadenadas de Pedro Almodóvar, Tilda Swinton, Julianne Moore y la griposa Penélope Cruz no se debían al peligro de una pregunta inoportuna sobre ‘Emilia Pérez’. Por no hablar del riesgo de tener que aplaudir algún chiste o referencia a la actriz cancelada.
Se prodigan agradecimientos penosamente leídos y tan intercambiables como insustanciales, «porque es maravilloso, porque pone amor y pasión en todo», pero la atención está fuera. KSG es la mujer que renunció a los Goyas y a los Oscars antes de que la nominaran, antes incluso de ser mujer. Al margen de la ausencia de la familia Almodóvar al completo, vamos a imaginar a efectos conspiranoicos que la supresión de preguntas al respecto a Richard Gere o Antonio Banderas no tiene nada que ver con exigencias de su ejército de relaciones públicas. Paz Vega fue de las pocas asaltadas con una demanda a bocajarro sobre el escándalo, y se desembarazó con soltura del compromiso.
Qué vestido hubiera llevado KSG, la primera nominada «abiertamente trans» como dicen en inglés. Qué hubiera dicho sobre Hitler. Monopolizó los Goyas Karlistas, opacó a dos presentadoras tan desprovistas de química y cómica como Leonor Watling y Maribel Verdú. Quedó aplastado asimismo el exagerado Goya de Honor a Aitana Sánchez-Gijón. Tampoco la literatura da para un Cervantes al año, y se acaba degradando el galardón con escritores de tercera. No todo son errores, Laura Weissmahr se revela en ‘Salve María’ por encima de la desafortunada intérprete de ‘Soy Nevenka’, tremendo ‘miscasting’.
Siempre ahorrativo, el cine español de 2024 se centra en dos obras maestras, ‘Casa en llamas’ y ‘Marco’, donde Eduard Fernández no interpreta sino que se transforma en el impostor de los campos de concentración. Hay además una película interesante como ‘La infiltrada’, con la prodigiosa Carolina Yuste que se merienda a Luis Tosar. En cuanto a ‘El 47’, la única película de autobuses que reconocemos es ‘Speed 1 y 2’, con Keanu Reeves y Sandra Bullock.
El espectro domina la función. Sánchez-Gijón no nos libra de una denuncia de la «limpieza étnica», pero no comenta la cancelación de su compañera de Alcobendas. La Dana, Gaza, Trump «es un matón» según Richard Gere, moralina de telediario. No importa, KSG adquiere mayor brillo por omisión que si se hubieran limitado a entregarle una estatuilla de hojalata.
Enhorabuena a quienes sustituyeron la gala por una visita al cine, ‘September 5’ es lo más recomendable . Aunque no ganará ningún Oscar, el narcomusical ‘Emilia Pérez’ sigue siendo un disparate aconsejable. Los defensores de la actriz ausente han descubierto con cierto retraso que el indeseable Harvey Weinstein produjo excelentes películas. Para el cine mundial, 2025 será el año de Karla Sofía Gascón.
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