Laura González Cabrera interviene artísticamente en la fachada de Es Baluard

La artista canaria forma parte del proyecto 'Nachleben. La pintura com a art conceptual' que se inaugura el 30 de enero

Montse Terrasa

Montse Terrasa

Laura González Cabrera (Las Palmas de Gran Canaria, 1976) es la autora de la intervención sobre las cristaleras de entrada del museo Es Baluard, una obra artística que sirve como introducción a la exposición colectiva Nachleben. La pintura com a art conceptual, que se inaugurará este jueves, 30 de enero, y que forma parte de una trilogía que se llevará a cabo a lo largo de este año.

Los colores y líneas oblicuas que la artista canaria ha pintado sobre el cristal contienen palabras, en este caso el título de la exposición, pero están encriptadas de forma que las letras N forman una trama, como si contempláramos un tejido. Como ella misma explica en un descanso de este trabajo, que comenzó el pasado 22 de enero y acaba después de ocho jornadas maratonianas, esta obra es una muestra de lo que le interesa: «el entrecruzamiento del texto y lo textil». 

González Cabrera ha seguido las líneas inclinadas del suelo en el plano vertical, creando una trama y urdimbre, que primero dibujó sobre papel y que después plasmó sobre el vidrio con pintura. «Esto es un pensamiento tridimensional como cualquier obra textil», explica de su Achlebe. Su intervención «está hecha para el paseante, que la va a ver diferente en función de dónde se sitúe», comenta. Su intervención exige que quien la contempla se detenga a analizar lo que está viendo. «No podemos amar algo a lo que no prestamos atención», defiende ella.

En su obra le gusta que se vea «la huella humana», por lo que su trabajo tiene mucho de artesano, como lo es tejer. Desde hace años su pintura gira en torno a ese concepto de crear tramas y urdimbres, una fijación por el textil que considera algo propio del inconsciente colectivo femenino, además de ver los tejidos como una protección para el ser humano.

González Cabrera asegura que su mentalidad es analítica y le interesa la etimología, la escritura y también lo textil como uno de los primeros códigos de la humanidad, aunque también tiene interés en la música, la neurociencia y, sobre todo, el proceso de creación de una obra como un modo de autoconocerse. «Pintar es un trabajo muy solitario, pero me enseña cosas sobre mí misma», añade sobre ese conocimiento, aunque también cree que el procesco creativo tiene que ser algo que se comparte y que sea un medio de comunicación con los otros. «El arte tiene que servir para hacernos mejores personas», afirma la pintora, quien este viernes intervendrá en el seminario Pensar la pintura, que se realizará en el Aljub del museo. 

Esta ha sido la primera vez que esta artista ha estado en Mallorca. «Como isleña me he sentido muy bien», declara. Intervenciones similares a las que ha hecho en Es Baluard las ha llevado a cabo en otros lugares, tanto dentro como fuera de España.

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