La casa de muñecas de la familia Blanes regresa a Can Balaguer

El Ayuntamiento inaugura este viernes, 24 de enero, la exposición 'Les cases obertes', con las casas de juguete que reproducen Can Blanes y Can Morell

Así son las casas de juguete que reproducen Can Blanes y Can Morell, en la exposición 'Les cases obertes'

Ana B. Muñoz

Montse Terrasa

Montse Terrasa

Palma

La familia Solivellas Blanes tenía la "ilusión" de que la casa de muñecas que reproduce el que fue su hogar, Can Blanes, lo que hoy conocemos como Can Balaguer, en la calle Unió de Palma, volviera al edificio de donde salió en 1927. Desde este viernes, ese deseo es una realidad, con la exposición Les cases obertes, organizada por el Ayuntamiento de Palma, en la que también se podrá contemplar la casa de muñecas de Can Morell, o Casal Solleric, propiedad de Cort desde 1975.

Can Balaguer y el Casal Solleric están separados por 140 metros, apenas un minuto caminando. Con Les cases obertes, Can Morell y Can Blanes están más cerca que nunca, al menos a pequeña escala, ya que las dos casas de muñecas comparten la misma sala en la planta baja del edificio de la calle Unió.

Observar esas estancias que reproducen el interior de una casa señorial de finales del siglo XIX y principios del XX, con todo tipo de objetos y muebles, incluso las sobrasadas colgando del techo de la despensa, hacen que la imaginación vuele y se piense en las siete hermanas Blanes jugando con la enorme casa de muñecas más de cien años atrás. Hoy, los nietos de esas niñas y otros descendientes han podido contemplar este juguete fuera de lo común, que ha sido cedido al Ayuntamiento de Palma durante cuatro años.

Les cases obertes es una exposición en la que se han implicado profesionales de distintas especialidades para hacer posible que niños y adultos disfruten de ella, ha destacado Pilar Ribal, directora general de Patrimonio e Interpretación de la ciudad. Se podrá visitar hasta el 9 de noviembre y tiene actividades culturales y educativas relacionadas.

“Las casas tienen un magnetismo increíble, ellas solas ya hacen magia”, ha destacado Rosa García, quien es, junto a Mar Barceló, comisaria de la exposición, un proyecto de Sa Galania. Art, cultura i mediació. Entre las dos casas, suman más de 1.000 objetos con los que se hará un estudio histórico.

La casa de muñecas de Can Blanes pertenece a la familia Solivellas Blanes y desde su salida del conocido inmueble, cuando se vendió al músico Balaguer en 1927, ha pasado por otras residencias familiares, periplo que afectó a su conservación, por lo que la restauradora Sílvia Jovani ha intervenido, al igual que en la de Can Morell (en mejor estado), respetando en lo posible la estética y los materiales originales. “El objetivo era la dignificación de las dos casas y garantizar su conservación a largo plazo”, explica la especialista. Su trabajo ha afrontado el reto de “la gran variedad de materiales”, ya que en estas casas de muñecas hay madera, vidrio, tela y cerámica.

Joan Fortuny y Erik Herrera han sido los responsables del diseño museográfico, que gira alrededor de las dos casas. Pensando en los niños que puedan acudir a la exposición, estos arquitectos han ideado unos cubos de madera que sirven de escalera para que los más pequeños puedan subirse a ellos y apreciar todos los detalles de las casas de muñecas. También han recuperado unas lámparas de época y se ha creado una iluminación acogedora, además de otra ambiental más técnica.

La parte gráfica de la exposición es obra de Víctor Arráez, quien ha comentado que es un proyecto que transmite alegría, al tratarse de juguetes, y que “el desafío era conseguir una evocación atractiva para niños y grandes”.

En la presentación de Les cases obertes también ha intervenido Francisca Morell Solivellas, en representación de la familia Solivellas Blanes. “La ilusión era que la casa de muñecas volviera a Can Blanes”, ha manifestado.

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