Arquitectura y diseño
Las baldosas Huguet pisan fuerte en la nueva boutique de Tiffany en Tokio
La firma mallorquina de pavimento hidráulico participa en el proyecto del Premio Pritzker Rem Koolhaas para diseñar una exposición en Japón de la joyería más famosa del mundo

Exposición-boutique de la joyería Tiffany en Tokio, con baldosas de Huguet / Laurian Ghinitoiu
Si la inmortal Audrey Hepburn hubiese interpretado su papel en Breakfast at Tiffany’s en la última exposición-boutique de Tokio, la hubiéramos visto deslizando sus delicados pies sobre las baldosas Huguet.
La firma mallorquina ha cubierto el suelo de la joyería más famosa del mundo con 2.000 piezas diseñadas exclusivamente para el proyecto del arquitecto Rem Koolhaas, galardonado con el célebre Premio Pritzker.
«Ha sido un trabajo complejo, aunque muy especial y singular», valora el responsable, Biel Huguet, quien incide en que «el proyecto apuesta firmemente por la labor artesanal».
Su fábrica diseñó el pavimento de dos de las diez salas, donde cada baldosa es diferente y «recrean plantas poliédricas que están inspiradas en el facetado de piedras preciosas y diamantes», detalla sobre su participación, que «reafirma la relación entre Huguet y Tiffany & Co», debido a que ya habían trabajado conjuntamente con anterioridad.

Una de las salas con baldosas de la firma Huguet / Laurian Ghinitoiu
Otras marcas
La muestra Tiffany Wonder es una de las colaboraciones más destacadas que ha llevado a cabo la firma de baldosas hidráulicas casi centenaria, aunque también ha participado con otras marcas tan exclusivas como Chanel, Louis Vuitton, Manolo Blahnik, Isabel Marant y Loewe, «en numerosas ocasiones con esta última firma», enumera Huguet.
Además, lo ha hecho de la mano de renombrados diseñadores, como por ejemplo el británico Jasper Morrison para el establecimiento de la panadería Can Pa, en Gomila.
Más premios Pritzker
Respecto a los arquitectos de reconocimiento internacional, Koolhaas se suma a una lista de premios Pritzker que han pasado por la fábrica de Campos y usado sus productos desde que lo hiciera por primera vez Jørn Utzon en los años 70.
El pasado 2024, Huguet no solo contó con el fundador del estudio OMA, sino también con los Pritzker de 2021 Lacaton & Vassal para el diseño de Bloc Pavilion, en Meudon, en la periferia de París.
Esta construcción acristalada, que se encuentra rodeada por las obras del arquitecto y escultor francés André Bloc, tiene en su interior una colorida cocina con una encimera mallorquina hecha a medida, con aguas blancas y amarillas, y que «se convierte en un elemento central y distintivo de la obra». En los baños, los arquitectos optaron por el modelo de lavabo estándar de la firma isleña.

Bloc Pavilion, de Lacaton & Vassal / @Huguet
La marca de hidráulicos ha consolidado sus colaboraciones con estudios de arquitectura que tienen en sus vitrinas el premio más prestigioso del mundo, ya que Foster, Herzog & de Meuron y Chipperfield también han hecho encargos a Huguet y reafirman su posición como referente.
Los mallorquines, en el mapa internacional
Además, en la última década, los nombres mallorquines se han hecho un hueco en la profesión y actualmente «la arquitectura, que es cultura, es uno de los pocos sectores donde en Mallorca ‘jugamos’ al máximo nivel internacional».
Biel Huguet lo dice al hablar de una generación de arquitectos nacidos en los años 70 y cuyos proyectos son visitados por universitarios de la ETH de Zúrich, la escuela más puntera de Europa en la materia.
Y cita a Carles Oliver y su equipo del Ibavi; el estudio TEd’A, con Jaume Mayol e Irene Pérez; Aulets, de Francisco Cifuentes y Sebastià Martorell; Feina, de Aina Salvà y Alberto Sánchez; y los recién galardonados Peris y Toral.
De Tiffany al Ibavi
Con sus baldosas, Huguet hace «poesía» para Tiffany y para el Ibavi. Son los dos extremos del mercado al que se dirige la fábrica ubicada en Campos y su impulsor está «cómodo con los dos tipos de cliente», desde los más lujosos y exclusivos hasta las promociones de vivienda social en las que ha participado.
Biel Huguet busca el equilibrio entre ambos y quiere que «quien valora este producto artesanal de calidad pueda acceder a él sin que le suponga un gran coste eligiendo piezas estándar». Bromea con el género lírico para hacer un guiño a su padre, Damià Huguet, y a la vez explicar que se dirige a los que él llama «elitistas culturales, no económicos".
"Son aquellas personas que aprecian la belleza de las cosas auténticas, que sienten la mano que hay detrás y lo valiosa que es esa pátina matérica a escala humana».
La treintena de colecciones de su catálogo de productos, entre las que hay baldosas de renombrados diseñadores y arquitectos, tienen la misma calidad que las hechas a medida, aunque son más baratas porque están fabricadas en serie y hay estocaje.
Además, defiende «ser eficientes y apostar por cosas que queden bien sin complicarse la vida, ya que hay una gran variedad de opciones».
El responsable pone como ejemplos «adaptarse a un presupuesto limitado escogiendo un modelo sencillo y más grande de baldosa, pavimentando solo una pared de la ducha, el friso de la cocina o la entrada de la vivienda, como proyectaron Peris y Toral para la promoción del Ibavi que realizaron en Son Servera, donde las baldosas miden 25x25 en vez de 20x20 centímetros, la habitual, aunque hay que comprar más y sale más caro», explica.

Baldosas de Huguet en la promoción del Ibavi en Son Servera / José Hevia
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