Los residuos acuáticos dejan huella en las creaciones de Mar Guerrero

Desde su infancia, Mar Guerrero ha estado muy ligada a la Colònia de Sant Jordi y ha visto «cómo el ecosistema marino ha cambiado muchísimo en los últimos años». Allí comenzó a recoger plásticos y otros residuos para utilizarlos en sus proyectos creativos y ahora que ha vuelto de una residencia artística en Nueva York gracias al Premio Barbara H. Weil, trae en la maleta «una gran experiencia que se puede conectar con la línea de investigación iniciada en la isla y desarrollada en otros lugares con ecosistemas acuáticos que están en peligro», tal como destaca. Con el programa organizado por Weil Art Exchange en la urbe norteamericana, la artista ha estado en contacto con galerías y artistas que no solo le han enseñado «cómo es el contexto cultural de Nueva York», sino que también le han «orientado en líneas de trabajo que pueden servir en las futuras investigaciones».

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Los residuos que recoge en playas de la isla no se transforman en la materia prima de sus piezas, aunque sí son la huella esencial de las creaciones. «Los plásticos y otros desperdicios que encuentro en el mar son depositados en una serie de esculturas de arcilla y de este modo queda el rastro, como si fueran fósiles», explica Guerrero. «Las piezas finales –prosigue– están hechas con impresiones 3D con filamentos de ostra, que es un residuo industrial. Desarrollo mi trabajo con materiales sostenibles y con el fin de lanzar un mensaje de concienciación sobre nuestro entorno».

Hasta ahora se ha decantado por la escultura, aunque tiene en mente empezar a experimentar utilizando el formato audiovisual. Su residencia en la ciudad de los rascacielos le ha abierto puertas en este sentido porque conoció a la artista Marina Rosenfeld, cuya metodología «ha sido una gran inspiración. Se basa en el sonido y la película analógica, lo que está muy relacionado con mi práctica actual», avanza. También tuvo la oportunidad de conocer a Ken Butler, un músico y artista visual que emplea objetos cotidianos y todo tipo de residuos para crear instrumentos musicales.

Bestiario marino

Mar Guerrero está inmersa en la actualidad en «una especie de bestiario de animales marinos que son creados a partir de plásticos encontrados en el mar. Realizo composiciones con fragmentos de residuos que visualmente parecen seres vivos que habitan lo más profundo del océano. Trabajo con cianotipia y después lo traslado a serigrafía», detalla la artista, que reconoce «la dificultad de estos procesos para llegar a piezas muy ambiguas». Ya utilizó la serigrafía como técnica de impresión en su proyecto Cosmologías residuales, que expuso este año en el centro cultural Conde Duque, en Madrid. Lo que hizo fue conectar estudios sobre el ecosistema marino y la observación astronómica, y en este caso también relacionaba la presencia de residuos en el mar y en el cosmos. «La preservación de los océanos y la investigación de los hábitats marinos profundos son varios de los retos a los que nos enfrentamos en la actualidad, ya que la exploración marina y la espacial están lejos de ser completas y detalladas».

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En la misma línea de estudio se enmarca Aguas cósmicas, aunque el proceso y la instalación final son muy diferentes debido a que en este caso se trata de impresiones en 3D con los citados filamentos de ostra y arena de construcción. De todos modos, su mensaje está claro: La huella que deja con los residuos funciona como fósiles, «arqueologías del futuro que nos hablan de un cambio significativo de paradigma en el entorno», una advertencia que Mar Guerrero transmite a través de su premiada práctica artística.

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