Arte

Caterina Roppo: «Mallorca dio a luz a ‘Trayma’, es mi útero y mi cuna»

La artista italiana con residencia y estudio en la isla, explica su exposición ‘Being Worldless’ en el Palacio Pallavicini-Rospigliosi de Roma el próximo 26 de septiembre, así como sus actuales proyectos en Palma

La artista multidisciplinar afincada en Mallorca Caterina Roppo.

La artista multidisciplinar afincada en Mallorca Caterina Roppo. / SIMONE PACCINI

Caterina Roppo es una artista multidisciplinar que en la actualidad vive entre Milán y Palma. Desarrolló una temprana atracción por el estudio de los textiles, lo que la inspiró a comenzar su trayectoria en la experimentación de materiales. Estudió en Florencia, concretamente en Polimoda, bajo la tutela de la rectora Linda Loppa, la misma que impartió clases a los Seis de Amberes, lo que ha influido enormemente en su enfoque creativo, desviándolo desde el principio hacia el arte más que hacia la moda. Tras trabajar unos años en Florencia, se trasladó a Milán para abrir su propia agencia. Así desarrolló la investigación de tendencias y el desarrollo de nuevos materiales en colaboración con Milano Unica donde dirigió el departamento de investigación durante 10 años. «Milano Unica es una realidad entre la industria y la artesanía, que aún es posible en Italia», señala. Durante su carrera ha recibido diversos premios como Vettor (Bari, 2024), Arte Laguna Prize (Incalmi, 2024) entre otros.

La artista, crea su propia ropa. «Es una expresión de quiénes somos y para mí es increíblemente difícil comprar una prenda hecha por otra persona; lo experimento como una forma de violencia. A veces, creo piezas únicas para personas que me impresionan y que tienen algo mágico, pero es una actividad muy íntima que reservo sólo para unos pocos».

Aquí, en Palma lleva a cabo Trayma, un movimiento artístico que desarrolla con la galería Kaplan Projects. La idea surge a partir de un acontecimiento dramático en la vida de la artista, que desencadenó un grave trastorno de estrés postraumático. Un accidente de coche ocurrido en Mallorca, donde estuvo a punto de perder la vida, le llevó a investigar el trauma y la incertidumbre de superarlo. Las cicatrices en la piedra son el símbolo de esta investigación; la capacidad de la piedra para permanecer sólida y mejorar su belleza a través del tiempo. «Mallorca es el lugar donde nació este proyecto; el marés es tan friable que transforma la tridimensionalidad de la piedra en profundas esculturas naturales», subraya la artista y añade: «He utilizado mi propio alfabeto, el hilo. Mediante una combinación de tensiones e hilos especiales, he desarrollado una técnica que me permite dibujar en el espacio con la tela, gracias al vapor que aplico después de crear el tejido. Las obras textiles las produzco en Italia y las pinto en mi estudio de Palma mediante el ‘sangrado’, una técnica en la que pinto el lienzo desde el reverso para lograr más profundidad».

Tras esta primera serie de obras, este jueves 26 de septiembre la artista presenta en Roma, la exposición Being Worldless, comisariada por Domenico de Chirico, segunda serie de obras. «He trabajado en estrecha colaboración con mi terapeuta para crear una serie de obras destinadas a abrir conversaciones sobre el tema de la salud mental y abordar la cuestión de lo que queda después de superar un trauma. Inspirándome en la visión filosófica de Heidegger, exploré la cuestión del «mundo». Por mundo entiendo el ecosistema social que un individuo construye a lo largo de su viaje. La mayoría de nosotros seguimos un guión o un antiguión dictado por la familia, calcando patrones genéticos. El objetivo de la exposición es invitar al espectador a mirar en su interior, observarse y analizar en profundidad. Durante la representación, se invita al espectador a enfrentarse a sus propios límites para alcanzar un nuevo nivel de conciencia», explica.

Caterina se encuentra en uno de sus mejores momentos. Acaba de finalizar una exposición individual en Estambul. Y el próximo 10 de octubre expondrá junto con INCALMI en la sección CULT de Edit en Nápoles en un proyecto titulado Galateo Ancestrale. Una profunda invitación a la meditación donde la respiración -prana- no es sólo un acto fisiológico, sino un camino para redescubrir ese Galateo Ancestral, donde las «maneras» se expresan a través del ser y no del hacer. «Las obras son manifestaciones tangibles de este concepto. Prana, una suspensión vertical iluminada, representa la columna de aire vital que fluye a través de nosotros y nos sostiene. Savasana, una suspensión horizontal iluminada, encarna la relajación profunda y la paz interior que siguen al control de la respiración. Por último, Ayama, los dos jarrones, simbolizan la expansión y regulación del prana, el equilibrio entre contención y liberación», describe la artista. Todas las obras están realizadas con una estructura de Trayma, metalizada en cobre, material elegido por su capacidad para captar y detener la fluctuación constante del tejido visual.

Tras ello, el 16 de noviembre inaugurará la exposición del Premio Arte Laguna en el Arsenale de Venecia. «El haber ganado el premio me permite crear una instalación que investiga el tema de la epigenética del trauma. Estoy escribiendo un libro que se presentará junto con la obra, centrado en las consecuencias del trauma en nuestro linaje genético» señala.

Por otro lado su incesante curiosidad y admiración por otros artistas y diseñadores, le hace tener como objetivo formar parte de la plantilla de Galleria Continua, así como una colaboración en particular que la obsesiona: Ensamble Studio, un estudio de arquitectura de Madrid que ha creado un lugar único; Can Terra, una casa-cueva en Menorca que era una antigua cantera. Para el próximo Salone del Mobile, está diseñando una colección de textiles para el hogar junto con su socio, Marcel Wanders. «Me encantaría empezar algunas colaboraciones en la isla pues Mallorca tiene tanto que ofrecer… dio a luz a Trayma que es mi útero y mi cuna. Además esta isla me ha reconectado con mis antiguos orígenes porque soy originaria de Apulia, y Mallorca tiene los mismos aromas, la misma tierra y las mismas piedras. Las largas extensiones de muros de piedra seca bañados por la luz del sol me han permitido hacer las paces con el pasado, redescubriendo otra cara del Mediterráneo en el corazón de las Baleares».

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