Ceramista, escultor y pintor

Jaume Roig: «Para mí el taller y la cerámica son alguien más de la familia»

La instalación que ha creado con el herrero Joan Ramon Sunyer ocupará el patio del hotel Sant Francesc durante la Nit de l’Art, que se celebra elsábadonDos esculturas de hierro forjado y una pintura conforman ‘The walking mountain’, cuya pieza principal reinterpreta el vacío de la pintura de Roig, que es el origen de la obra 

El ceramista, escultor y pintor Jaume Roig.

El ceramista, escultor y pintor Jaume Roig. / GRIMALT DE BLANCH

Ceramista, escultor y pintor, Jaume Roig (Mallorca, 1981) se ha formado en el campo de la cerámica. La tradición ancestral, la cultura mediterránea y el entorno que le rodea (el escenario natural del sur de la isla) inspiran su trabajo, que explora también la pintura y, ahora, la escultura. En esta edición de la Nit de l’Art, que se celebra el sábado, expondrá The walking mountain en Sant Francesc Hotel, una obra site specific de tres piezas (dos esculturas de hierro forjado y una pintura) concebida como un todo, que ha creado en colaboración con el herrero Joan Ramon Sunyer y que alcanza los 2,70 metros de alto. En ella reinterpreta el vacío de la pintura, que es el origen de la obra.

¿Cómo surge la alianza entre ustedes y el hotel?

La idea inicial era crear otro tipo de piezas. Yo estaba inmerso en la producción de la exposición de la galería Secret Mill, en Girona, y comencé a trabajar con Joan Ramon Sunyer. Pronto nos dimos cuenta de que podíamos hacer otras piezas y decidimos juntarnos para ello. Respecto a Sant Francesc Hotel, tengo una relación de amistad con Miguel Feliz, su director, quien tiene algunas piezas mías. Él ha sido clave entre la propiedad y yo para que esta exposición sea posible.

¿Podría hablarnos del concepto de la obra?

La obra está compuesta por una pintura y tres esculturas que funcionan como un todo. Por una parte, habla de lo intangible del tiempo: las montañas están en constante movimiento y no nos damos cuenta, así que lo que es una realidad inequívoca para nosotros, de hecho no lo es, pues durante millones de años las montañas se han ido moviendo. Por otro lado, ciertas formas evocan los conceptos de nacimiento, principio y futuro. Creo que coexisten ambos conceptos: lo intangible del tiempo y lo prenatal.

Es la primera vez que trabaja en una escultura en colaboración con otra persona. ¿Cómo ha sido el proceso creativo a cuatro manos?

Joan Ramon y yo somos gente de taller y desde el principio la comunicación ha sido muy fácil porque hablamos el mismo lenguaje. Aunque trabajamos en oficios muy distintos, al final la manera de abordarlos es la misma. En este caso, yo he pensado el concepto, las formas y he desarrollado la parte creativa y Joan Ramon ha asumido el trabajo técnico de generar la pieza. Podríamos decir que yo he sido la cabeza y él las manos.

Roig y Joan Ramon Sunyer. | G.B.

Roig y Joan Ramon Sunyer. | G.B.

Su trayectoria comenzó con la cerámica, después exploró la pintura y ahora se atreve con la escultura de hierro. ¿Cómo nace la inquietud de trabajar en diferentes disciplinas?

Empecé haciendo cerámica quizá por las circunstancias, era lo que me resultaba más familiar, y siempre he pintado. Además, yo no soy ceramista, diría que soy más artista porque no me centro solo en la técnica sino que tengo ganas de comunicar más allá, por lo que el formato es igual. Ahora ha sido hierro y puede que en el futuro sea piedra o cemento. La libertad creativa, la expresión, necesitan un medio y lo escoges. Es emocionante evolucionar.

Jean Marie del Moral, que ha fotografiado a artistas como Tàpies y Barceló, le ha retratado a usted y sus diferentes talleres a lo largo de seis años. Un trabajo que ha reunido en un libro que lleva su nombre. ¿Cómo definiría esta experiencia?

Antes de conocernos en persona lo conocía por sus libros de fotografía. Siempre me había interesado porque creo que lo que lo hace especial es su visión intimista de lo que es un taller. Tiene la capacidad de ver aquello en lo que nadie se fija. Tuve la oportunidad de conocerlo y, como ambos vivíamos en Ses Salines, visitó el taller y comenzó a sacar fotografías periódicamente durante seis años. En el libro observas la evolución del espacio pero también de las piezas. A nivel personal, ha surgido una amistad pero para mí, Jean Marie es un maestro, una enciclopedia artística y una persona de una calidad humana que muy poca gente tiene.

Está presente en la cartera de la galería Les Ateliers Courbet y su obra se ha expuesto en espacios en Estados Unidos y en ferias como Design Miami. ¿Cómo han surgido estas oportunidades?

Hace cuatro años que trabajo con Les Ateliers Courbet y desde la primera aproximación ha sido fantástico. Les mandé unas primeras piezas y a los seis meses hicimos una individual. Tienen una línea muy próxima a Arts & Crafts, que en Estados Unidos está muy valorado, y participan en ferias como Design Paris y Design Miami. Para mí es un orgullo que mis piezas estén rodeadas de la obra de grandes artistas. A veces todavía ni me lo creo.

El apellido Roig está muy ligado a la cerámica en Mallorca. ¿Cómo ha sido crecer rodeado de este material?

Mi madre empezó con su taller en los años 80 y tuve contacto con el material desde el minuto cero. Para mí el taller y la cerámica son un personaje más de la familia. Mi hermano es muy técnico, un ceramista puro y duro, metódico, ordenado, casi como un científico. El mérito de que ambos nos dediquemos a lo mismo es de mi madre, porque ella empezó en su taller tradicional y nosotros continuamos la historia. Crecimos allí y el aprendizaje fue muy orgánico, asimilamos como una esponja. Cada uno ha seguido su camino y su línea, pero crea cierta tradición que un oficio nos una a todos.

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