Es Jardí
Viva Suecia en Es Jardí de Mallorca: la espera que mereció la pena
Viva Suecia aterrizó anoche en el recinto de conciertos de Es Jardí, en Calvià, para ofrecer un espectáculo que muchos llevaban tiempo esperando. La banda murciana, que se vio obligada a posponer su presentación debido a la reciente dana, volvió a pisar suelo mallorquín con la misma energía que la caracteriza, con una madurez y solidez que solo el paso del tiempo y los escenarios pueden aportar.
Un público de todas las edades
Desde temprano, el ambiente en Es Jardí era palpable. Un público intergeneracional comenzó a llenar el recinto, ansioso por recibir a una de las bandas de indie-rock más queridas en el panorama musical español.
Con las primeras notas de la noche, quedó claro que la espera había valido la pena. Viva Suecia no solo aterrizó, sino que conquistó una vez más la isla, tal como lo hizo en su memorable actuación durante el Mallorca Live Festival del año pasado. Sin embargo, esta vez sí que parecieron haber «aprendido» algo, y es que cada directo se presenta mejor que el anterior, con un repaso por lo mejor de su discografía y un fuego rebosante en cada tema.
La noche comenzó con el potente tema No hemos aprendido nada, una declaración de intenciones que resonó entre los presentes y que dejó claro que, aunque han pasado los años, el espíritu de Viva Suecia sigue intacto. El repertorio fue un viaje a través de su discografía, pasando por canciones de su último álbum El Amor De La Clase Que Sea, y llevando a los asistentes de vuelta a 2016 con el tema Bien por Ti, de su disco debut La Fuerza Mayor. Fue un recorrido emocional, un repaso por una carrera marcada por éxitos, que llevó al público desde la nostalgia hasta la euforia en cuestión de minutos.
Oda a lo cotidiano
Cada canción parecía ser recibida con más entusiasmo que la anterior. Lo Que Te Mereces, de su álbum El Milagro, se erigió como uno de los momentos más altos de la noche. Esta oda a la vida y a la gratitud por lo cotidiano resonó profundamente en el corazón de los asistentes, quienes no dejaron de corear y vibrar con cada verso. La conexión entre la banda y el público fue absoluta, creando una atmósfera casi mágica en la que el tiempo parecía detenerse.
El mensaje del «presidente»
El carisma de Rafa Val, vocalista de la banda, fue innegable. Con una mezcla de humildad y autoridad escénica, Val se dirigió al público, recordándoles, con ese humor característico que solo un murciano puede desplegar, que a los cantantes no se les debe hacer mucho caso, aunque claro, es difícil no prestar atención cuando quien habla tiene una voz capaz de llenar cualquier recinto y de emocionar a multitudes.
Tras un repaso por sus grandes éxitos y algún que otro guiño a los fanáticos más acérrimos, la banda dejó el escenario con la satisfacción de haber entregado todo. El público mallorquín, aún enardecido, les despidió con una ovación que resonó en todo Calvià, sabiendo que habían sido testigos de algo especial.
Una década de música
Viva Suecia no solo cumplió con las expectativas, sino que las superó con creces. El grupo, que lleva años recorriendo las principales ciudades españolas, ha demostrado una vez más por qué es una de las bandas más queridas y respetadas del panorama musical actual. Y mientras las últimas notas resonaban en el aire, la pregunta «¿Qué vamos a hacer?» parecía tener solo una respuesta posible: seguir viviendo, disfrutando y esperando a la próxima vez que Viva Suecia nos vuelva a sorprender.
Porque, al final, todo comenzó cuando Jess Fabric y Alberto Cantúa decidieron buscar vocalista en 2013, y desde entonces, no han dejado de regalar momentos inolvidables.
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