CRÍTICA

EMO 824

Pere Estelrich i Massutí

Pere Estelrich i Massutí

Els matins de l’orgue

Miquel Bennàssar, orgue; 

Manuela Inguanzo, soprano

Obras de Bach

Església de Sant Bartomeu d’Alaró

27-07-24

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El catálogo de obras de Johann Sebastian Bach fue elaborado por Wolfgang Schmieder ya bien entrado el siglo XX, casi doscientos años después de la muerte del maestro de Eisenach. El musicólogo ordenó las obras, no en el sentido cronológico de su composición, cosa difícil, sino que las fue colocando por temas: las cantatas, las obras para órgano, los conciertos para instrumentos… Además, Schmieder puso las siglas BWV ante cada uno de los números del catálogo, que son las iniciales de Bach Werke Verzeichnis que en alemán significan: Catálogo de las obras de Bach.

Miquel Bennàssar es un bachiano de primera fila, ama a Bach por encima de los otros compositores, lo ha demostrado sobradamente incluyendo una obra suya en todos los conciertos que, semana tras semana, ofrece en Alaró, dentro del ciclo Els Matins de l’Orgue, o lo que sería lo mismo: EMO, utilizando las iniciales, a la manera de Schmieder. Con este sistema, el concierto del pasado sábado sería el EMO 824.

Pues bien, el pasado sábado, víspera de la fecha de la muerte de Bach, que murió en Leipzig el 28 de julio de 1750, el organista de sa Pobla dedicó la sesión al músico, ofreciendo un monográfico en el que, además de algunas piezas organísticas, incluyó otras vocales. Para ello contó con la colaboración de la soprano Marcela Inguanzo. Instrumentista y soprano ofrecieron un recital de buen hacer, ella acercándose al estilo barroco, sin ser purista, él dando muestras de la estima que le tiene a esa música enorme. De esa manera pudimos escuchar dos canciones recogidas en la conocida como Colección Schemelli, una versión de un aria del Magnificat o al grandiosos Pascaglia BWV 582 con el que terminó la propuesta, pasando por una improvisación sobre el nombre de BACH, cuyas letras, en alemán, se corresponden con las notas Si bemol, La, Do, Si.

Matinal espléndido que consiguió reunir a un buen grupo de aficionados que aplaudieron de forma intensa al final, sin conseguir que los artistas ofrecieran una propina. Otra vez será.

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