De pueblo en pueblo: locura por los grupos verbeneros en Mallorca

Algunos músicos han notado un relevo generacional tras la pandemia y el auge de bandas ha hecho que el sector sea más competitivo

El grupo The Hawaiians en uno de sus conciertos. | THEHAWAIIANSBAND

El grupo The Hawaiians en uno de sus conciertos. | THEHAWAIIANSBAND / Carlota Pizá

Todos los días sale el sol, Princesas o Tobogan son canciones que con tan solo escuchar el primer acorde convierten una noche de verano en una celebración de la vida. Las revetllas mallorquinas suenan mejor cuando los músicos toman el escenario y eso, la gente, lo sabe.

Un relevo generacional

Los grupos de versiones llevan décadas siendo un clásico imprescindible en las verbenas de verano en Mallorca. Con el paso del tiempo, las caras y las voces han ido cambiando. Según Tomeu Carrió, bajista de Gasbutàno, una de las agrupaciones más noveles de la escena mallorquina, «después de la pandemia ha habido un cambio generacional»: «Los grupos que antes eran los más solicitados han dejado de tocar y han hecho un hueco a nuevos grupos como nosotros». En su caso, la idea de juntarse para tocar en fiestas populares surgió de forma natural tras coincidir en que los siete son estudiantes de música.

Integrantes de Gasbutàno tras un concierto.

Integrantes de Gasbutàno tras un concierto. / Gasbutano

El relevo generacional también lo han notado los más veteranos como Disccovers, quienes llevan ocho años llevando la música house y disco en inglés a los pueblos de la isla. En palabras de su reputado guitarrista y teclista, Llorenç Palou, «los grupos son cíclicos»: «Hemos empezado a coincidir con muchos grupos nuevos».

Competitividad entre bandas

El auge de bandas verbeneras en Mallorca supone, además, un aumento de la competitividad, incluso entre los pinchadiscos. «Alguna vez nos han robado algún bolo. Por lo general, cada fin de semana hay 10 verbenas y nos repartimos. El problema es que cada vez hay más Djs, que son más baratos y reúnen a más gente, y no podemos competir contra eso», explicó Pere Morell, cantante de debaix. Por encima de todo, los conjuntos destacan el «buen rollo» que mantienen entre los compañeros del gremio.

Debaix, posando junto al público en una verbena.

Debaix, posando junto al público en una verbena. / debaix

Algunos han observado que, a pesar de estar viviéndose un cambio de filas, «la gente prefiere quedarse con lo conocido»: «No se suele dar una oportunidad a bandas nuevas. A nosotros nos ha costado empezar a tocar en verbenas, no nos contrataban porque no nos conocían», observó Dani Amengual, batería de The Hawaiians, que además toca en bodas y otras celebraciones y ya lleva 60 conciertos a sus espaldas este año.

Un trabajo exigente

Uno de los motivos por los que los conjuntos verbeneros no perduran en el tiempo es que el trabajo de músico de verbenas es, según decriben, algo difícil de compaginar con otras responsabilidades, como la familia, además de requerir mucha constancia y preparación. «Es un trabajo como cualquier otro», sentenció Carrió a este medio. «Para tocar en las verbenas debes tener tablas. Si hay problemas, el espectáculo tiene que continuar», aseveró, por su parte, Amengual.

The Hawaiians después de uno de sus conciertos en Mallorca.

The Hawaiians después de uno de sus conciertos en Mallorca. / thehawaiiansband

«Lo más importante es controlar los nervios y llevar las canciones súper preparadas. Una vez, antes de un concierto, estaba tan nerviosa que me quedé un poco afónica», añadió Marina Pons, vocalista de Fora bragues, que debutó el pasado 12 de agosto en las fiestas de Sa Vilanova y se describen como una «muestra de representación femenina» dentro de la oferta de grupos con la que cuenta la isla actualmente.

También es vital para la longevidad de un grupo la buena comunicación entre sus integrantes. Según relataron Fora bragues, tuvieron que disolver la banda en una ocasión debido a la falta de afinidad entre las músicos. «Lo más importante es mantener la armonía dentro del grupo. Sobre todo cuando llevas muchos años, que se va perdiendo la unidad. La banda tiene que ser un grupo de amigos, porque si no, no irá a ningún lugar», explicó el vocalista de debaix.

Estacionalidad y elección de canciones

Un trabajo del que, sin embargo, no se puede llegar a vivir: «Las verbenas son un trabajo temporal, en invierno baja», lamentó Palou. «Había un grupo que hacía 60 conciertos por verano y aún así no llegaban a final de mes. Esto lo hacemos para hacer disfrutar a la gente y disfrutar nosotros», confesó Morell.

Conseguir que el público baile y cante durante toda la noche no es tarea fácil. «No es lo mismo un grupo de verbenas que un grupo de música original. El público probablemente no haya venido a verte a ti. Un grupo de verbenas hace teatro, tienes que entretener», explicó Carrió. «Al principio salíamos acojonados: hay poca gente en el público y los tienes que animar como sea», recordó Morell, de debaix.

Para Amengual, que este año ha celebrado cuatro años sobre los escenarios vistiendo camisas hawaianas, «transmitir buen rollo es lo importante» y, en su caso, «nada es forzado»: «Nunca sentimos que estamos trabajando».

Una de las claves del éxito es la elección de las canciones. «Hacemos una mezcla entre lo que el público pide y lo que nos gusta. Hacemos canciones que les gusten a gente de todas las edades», compartió Carrió. Fora bragues, por su parte, apuesta por temas «menos típicos» y hay hasta quienes se atreven con alguna composición original.

Fora bragues en su debut sobre los escenarios.

Fora bragues en su debut sobre los escenarios. / forabragues

«Pensamos mucho en el público y en lo que creemos que les puede gustar. Algunos piensan que esto ha prostituido la esencia del grupo y otros consideran que es lo que se debe hacer si quieres ser un grupo verbenero», contó Morell a este medio.

La adrenalina de una revetlla, para las bandas mallorquinas, va por encima de la fama y el dinero. Aunque a cada grupo le distingan sus prácticas, estética o hasta estilo musical, una cosa tienen en común: no cambiarían el tocar frente a 50 personas en un pueblo de Mallorca por ser mundialmente conocidos. «Nos lo pasamos bien tocando para 10 personas o para 5 mil», afirmó Carrió, de Gasbutàno.

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