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Babi The Blackbull, rapero: "El límite de la libertad lo marca la confianza con el rival"

«Tenía claro que si volvía iba a ser por voluntad propia y por sentir la pasión de los inicios»

Babacar Mbaye, ‘Babi The Blackbull’: "Hay más libertad pero hay que tener mucho cuidado con lo que uno trasmite"

M. Mielniezuk

Babacar Mbaye ‘Babi The Blackbull’ confesó el pasado viernes a este medio que ya conocía el edificio del Diario de Mallorca: hace unos años, el rapero balear ganó una batalla en el Club pero, según contó, no llegó a canjear el premio. Ese fue uno de los cientos de duelos a los que se ha enfrentado sobre un escenario y con una base de fondo. El último, la Final Nacional de Red Bull Batalla de Gallos, donde cayó frente a Segrelles pero se alzó con el regreso, tras nueve años alejado de la competición, más esperado y aplaudido.

¿Cómo ha sido la vuelta a Red Bull?

Un cóctel de emociones. He podido demostrar lo que quería: un regreso con fuerza. Sabía que la gente, al haber estado tanto tiempo inactivo, no esperaba tanto de mí. Me habían pedido mucho volver. Estoy satisfecho con el resultado.

¿Por qué ahora, después de casi un década?

Porque sabía que si lo hacía, iba a ser por compromiso con la gente o por fama. Yo tenía claro que si volvía iba a ser por voluntad propia y por sentir la pasión de los inicios. Si no sentía ese cosquilleo, tenía claro que no iba a volver. A principios del año pasado, me empezaron a invitar a muchos eventos y competí en Latinoamérica con los mejores. Cuando me ofrecieron volver, entonces, dije: «Ahora o nunca».

¿Qué ha aprendido en este parón?

A perdonarme a mí mismo. Me retiré en 2014 por estar en desacuerdo con un resultado y se me fueron las ganas y la ilusión. Este tiempo me ha servido para meditar, para tener más confianza en mí mismo, para probar cómo podían irme las cosas en la industria de la música… Decidí volver porque sentía que ese parón me podía aportar de nuevo esa magia que echaba de menos.

Un resultado que llegó en la misma Final Nacional de Red Bull en la que, el año anterior, había quedado tercero.

Fue un contraste. Todo había sido mágico y me llevé una desilusión. La mía fue la primera batalla de toda la tarde e irme a sentar al banquillo tan rápido fue muy triste, pero he aprendido de ello.

En la de este año, la de su regreso, una de las batallas que más ha triunfado ha sido la suya con Segrelles, que tiene un estilo muy diferente.

El chico es muy técnico, puede competir tranquilamente en una competición de freestyle, pero en este caso era una batalla, y una batalla es ‘tú contra mí’ y al revés. Segrelles tiene buen nivel pero yo me quedo satisfecho con lo que he hecho.

¿Cómo ve a los nuevos talentos?

Está bien, es sangre nueva, con ideas frescas. Me gusta que haya nuevos perfiles. No soy partidario de tanta técnica porque vengo de otra escuela y me gustan más los punchline directos y los pareados. Echo de menos estilos como el de Bnet, el primero que aportó la magia a los circuitos de competición.

¿Hay menos libertad que antes en las competiciones de improvisación?

Yo no me siento cohibido. Lo enfoco todo hacia mi rival y entiendo que haya gente a la que le guste y gente a la que no. El límite lo marca la confianza con el rival. Por ejemplo, he hecho muchas batallas con Sara Socas, que somos como hermanos y nos queremos un montón, no vamos con maldad, y ella me tira todo lo que puede de negro y yo todo lo que puedo de lesbiana. La gente se divierte porque están viendo a dos amigos pasárselo bien. Cuando a mí me han atacado por ser negro, yo la he devuelto. Sin embargo, hay que poner límites y dar ejemplo.

Es uno de los promotores del ‘freestyle’ aquí en Mallorca, ¿cómo ha evolucionado su situación desde su época dorada en Ses Voltes?

La veo muy bien. Ha tenido altibajos pero estoy muy orgulloso de los chicos de la isla. Se ha creado hasta una liga, La Ínsula, y está llegando a muchos sitios. Cuando paso por Ses Voltes sigo sintiendo pura magia. Es el mejor sitio para competir de toda España por sus vistas.

También es jurado de la FMS (Freestyle Master Series), ¿se ve compitiendo?

¿Por qué no? Empecé como juez hace cinco años, a través de un compañero mío, Eude, con el que compartí escenario en 2014. Es muy distinto a ser juez en otras competiciones. En la FMS, tienes un cuadernito donde anotas los puntos y, al final, los sumas. Hay nueve rondas en las que se vota patrón a patrón con casillas y decimales. Es un formato complicado pero divertido. Creo que yo compitiendo podría aportar algo muy divertido.

¿Una última barra para este medio?

El freestyle no se está muriendo. Está creciendo y está más disponible para toda la gente. Hay mucho movimiento y no se reduce a números. El que tenga ganas de que esto desaparezca no forma parte de esto.

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