El poeta Juan Carlos Prieto, veraneante en Mallorca, acaba de publicar la tercera parte de su trilogía con el título Todavida, una obra que lleva al lector a «un viaje de idas y venidas, de cosas y avenidas, desde la infancia, cuando nuestros sentimientos son mas inocentes y están a flor de piel, hasta el presente».
En el libro hay un poema dedicado a Mallorca, una isla que el autor visita para desconectar y recargar pilas. Aunque no escribe mucho sobre lugares, en su primer viaje a la isla Prieto encontró la inspiración para plasmarla en sus versos. Según el poeta, la cara B del poemario es del dolor y el amor, «ese amor que somos incapaces de alcanzar, atrapados por ese sino que nos impide juntarnos», afirma.
«Mi poesía no tiene nada que ver con la tradicional y diría que tampoco con lo que se publica hoy en día», en palabras de Juan Carlos Prieto. Todavida cuenta con casi 80 poemas, aunque ha quedado material fuera.
Para el poeta, los sueños tienen mucho que ver con su forma de componer los poemas, ya que muchas de sus ideas provenían literalmente de lo que soñaba mientras dormía. «La poesía tiene algo que no tienen otros tipos de textos literarios, y es el poder de ayudar a desarrollar la imaginación del lector», añade el autor sobre su obra.
El conjunto de poemas cuenta con el epílogo de la periodista Nieves Herrero, quien asegura que el mundo es mucho más bonito a través de los ojos de Prieto. El poeta, licenciado en Filología Inglesa por la Universidad de Alicante, ha convertido su afición en una profesión.
Con esta tercera «antología de antojos», Prieto continúa su misión de hacer volar al lector. Todavida «trata sobre la vida, los despertares meciendo columpios, el tiempo que nos queda por gastar y malgastar, y sobre todo, del amor que nos queda por dar».
La trilogía poemática iniciada en 2020 con Tontheridas y continuada con Sintimiento se caracteriza por palabras inventadas que se entienden mejor al mirar la portada de los libros, reflejando claramente el tipo se poesía que realiza. Según Juan Carlos Prieto, es como un sudoku de emociones, sensaciones y ‘pentimentos’ construido con palabras en lugar de números.
«Aunque la nostalgia es una buena compañera para escribir poesía, intento no regodearme mucho en ella», comenta el autor. «La poesía se ha convertido en un propósito de vida y lo único que he estado creando en estos años con libros es hacer volar un poco la capa sucia y roída que encontré tirada en el suelo con la palabra poesía en uno de sus lados, para que esta manera deje de estar de ‘capa’ caída».