El Casal Solleric acoge la exposición 'Derelictes (i altres utopies)' de la artista Erola Arcalís

Presentación de 'Derelictes' en el Solleric.

Presentación de 'Derelictes' en el Solleric. / AYUNTAMIENTO DE PALMA

E. Press

El Casal Solleric ha presentado este jueves la exposición 'Derelictes (i altres utopies)' de la artista Erola Arcalís, uno de los proyectos seleccionados en la llamada a la contratación de proyecto de comisariado 2022.

Según ha informado el Ayuntamiento de Palma en un comunicado, la exposición estará disponible desde este jueves hasta el 22 de octubre de 2023. La inauguración será a las 19.30 horas.

En esta exposición, memoria, vida, pasado y presente se mezclan creando un imaginario poético mediterráneo que se va desplegando a medida que el espectador se adentra en el depósito de aceite del Casal Solleric, ha destacado el Consistorio.

Arcalís parte de la figura de su bisabuelo, Francesc Preto, conocido como 'Paco Miquelillo', y de la historia de su último barco, que construyó a principios de los años 80 en medio del campo menorquín.

El llaüt nunca tocó el mar ni llegó a acoger el proyecto de comuna vegetariana que había imaginado y se quemó en un incendio junto con la colección de objetos hallados de 'Miquelillo'. Así, los restos de la embarcación y otros objetos y materiales quedaron inmóviles, esparcidos en la parcela durante 30 años, hasta el inicio de este proyecto.

El resultado es una exposición que combina diferentes aproximaciones a la interpretación de esta historia, integrando cada una de las voces que la han articulado; la voz de Arcalís reinterpretando la memoria familiar a través de objetos e imágenes; la voz curatorial de Aina Pomar, y dos voces aparentemente silenciosas, que atraviesan y absorben la exposición, la voz del paisaje y la voz del Depósito del Casal Solleric.

La imagen de un mar oscuro inicia el recorrido en la serie fotográfica de Arcalís, una relectura fragmentada de la utopía de Paco 'Miquelillo', y sigue con una serie de bodegones y esculturas efímeras.

Los objetos encontrados y la chatarra reciclada que apenas sobrevivieron al naufragio de fuego acercan dos perspectivas emergidas en un mismo espacio, pero lejanas en el tiempo, que son la libertad atendida en el mundo propio de Paco y la mirada curiosa de Erola, proyectada a través de su cámara de gran formato.

Proyectado sobre las paredes porosas del depósito, el paisaje menorquín se fusiona con el Casal Solleric, siendo las imágenes del mar las que quedan absorbidas por el espacio expositivo. Un efecto fortuito de luz y contraste que confluye con las fronteras líquidas y difusas de la isla.

Por su parte, el Espacio Depósito se convierte en el interior del barco y el mar en sí mismo, y toma una voz activa en la última sala, donde los pecios se rodean de formas cóncavas transparentes, arropados de una luz marina. La instalación, fruto de conversaciones entre el artista y la comisaria en torno a las ideas del proyecto, se inspira en un dibujo de Arcalís donde finas líneas aparentan un buque de barco.

En literatura a menudo se ha ligado la utopía a la insularidad, que aquí se convierte en un punto de anclaje y de proyección para desbordar el territorio. "Sin dejar su casa, Paco viajó. Es difícil definir si su isla fue Menorca, Sa Tanca, el barco, la colección de objetos o su pensamiento inconformista", ha destacado el Ayuntamiento.

A la presentación de la exposición han acudido la directora General de Artes Visuales, Aina Bausà, y el director general de Promoción y Difusión Cultural, Marcos Augusto, junto con la artista Erola Arcalís y la comisaria Aina Pomar.