El escritor Jesús Terrés en Mallorca: «La asociación de belleza a juventud es tóxica»

El autor de ‘Nada importa’ publica su primera novela, ‘Buscaba la belleza’, un viaje emocional con un gran poso biográfico vertebrado por el dolor ante la pérdida, el amor y la amistad

El periodista y escritor Jesús Terrés, en la librería Rata Corner antes de la presentación de su novela, ‘Buscaba la belleza’

El periodista y escritor Jesús Terrés, en la librería Rata Corner antes de la presentación de su novela, ‘Buscaba la belleza’ / B. Ramon

Raquel Galán

Raquel Galán

Con el título Buscaba la belleza, uno se pregunta si la encontró. Pero antes hay que saber qué es. Los amigos del protagonista de la novela tienen concepciones muy diferentes, desde una idea vital, pegada a la tierra, hasta una visión platónica, inalcanzable. Su autor, Jesús Terrés, duda. «No lo sé con exactitud, aunque sí tengo claro que está muy unida a la verdad. La mentira no puede ser bella. Sin embargo, la sociedad se dirige a eso, al exceso de filtro», afirma.

Para el periodista y escritor, que este jueves presentó su nueva obra en la librería Rata Corner, «cada vez nos venden más la belleza consumible. Es lógico que las marcas quieran vender, pero lo hacen con el argumento falso de la asociación de belleza a juventud. Y es una unión tóxica que permitimos», advierte.

«Hay que tratar de escapar de ello buscándola en otros lugares, de otra manera, ya que la belleza habita en lo vivido», propone el autor del libro de artículos sobre el placer Nada importa, experto en periodismo de gastronomía y viajes. Su primera novela tiene fuertes raíces biográficas y está vertebrada por el dolor ante la pérdida del padre y el aborto de un hijo 20 años después. En este viaje emocional, donde también hay mucho amor hacia la pareja, la familia y los amigos, el alter ego de Terrés intenta no dejar espacio al dolor.

«Elige no mirar para no sufrir. Es comprensible», justifica, aunque con el sufrimiento surge la belleza, «ese es el trato», como afirma el protagonista citando la película Tierras de penumbra. El autor se siente «muy cómodo con esa mirada» en la que «la herida puede ser bella porque significa que es real, está viva y terminará cicatrizando».

Tierras de penumbra

Una escena de la película 'Tierras de penumbra'

Su pena acaba convirtiéndose en «un elefante en la habitación» y cualquier persona que pase por una situación así quiere hacer algo «cuando ve que ese elefante ha tirado por tierra su felicidad, provoca que discuta sin motivo y se hace evidente que algo malo ocurre. La tristeza le invade a uno sin saber exactamente por qué. Quieres ponerle nombre y que se vaya de tu vida porque lo está rompiendo todo», compara. Tras probar, al protagonista le va bien asistir a psicoterapia, aunque el autor destaca que «cada uno debe encontrar su camino. Lo último que pretendo es dar lecciones, solo cuento una historia».

Silencio para sobrevivir

A la madre del protagonista le basta el silencio para sobrevivir. «Es la peor de las opciones, pero también es comprensible», dice Jesús Terrés. «Hay familias donde el silencio lo cubre todo, como las sábanas sobre los muebles de un piso vacío. Con él la memoria se va empequeñeciendo y conduce al olvido. Sin embargo, no hay que olvidar». El escritor ha hecho lo contrario, ha quitado las sábanas y abierto los cajones. «Mi pacto con los lectores es escribir desde la verdad y la honestidad, lo que implica desnudarme emocionalmente. Es mi manera de entender la literatura y la que me motiva, la que llega de las entrañas. Es justo que ofrezca lo mismo».

Lo hace a fuego lento, porque «la prisa mata», como repite un amigo a lo largo de la novela, y el autor lo extrapola a estos tiempos en los que todo corre. «Es fácil que el mundo en que vivimos y la vida que tenemos nos lleve a olvidar que la prisa mata. Sin embargo, debemos combatirla peleando con uñas y dientes para lograr parcelas de lentitud, de pausa, de relax, como los desayunos de una hora que hago pese a la cantidad de correos que tengo por leer». También defiende a toda costa que «el corazón manda», otro de los mantras del libro. «Si al final te equivocas, el arrepentimiento es menor», concluye Terrés.

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