Entrevista |
Arantza Portabales, escritora de novela negra: «El abuso existe siempre que hay una parte vulnerable y otra que ejerce poder y manipulación»
La novelista estará este viernes en La librera del Savoy, en Palma, para presentar ‘El hombre que mató a Antía Morgade’

La escritora Arantza Portabales.
Arantza Portabales (San Sebastián, 1973) es una escritora tardía, comenzó su carrera literaria a los 40 años y por ello asegura que aún sigue aprendiendo el oficio de novelista, que compagina con su trabajo de funcionaria. Este viernes, 28 de abril, presentará El hombre que mató a Antía Morgade en La librera del Savoy, en la calle Joan de Cremona de Palma, a las 19 horas.
En este libro habla de menores tutelados, de algo que les sucedió en el pasado.
Esta novela habla mucho del duelo, del dolor, de cómo hay hechos traumáticos que te impiden avanzar en la vida, todos ellos viven en el pasado y el hecho, además, de que fueran un colectivo tan vulnerable, que no tuvieran a nadie, porque, al fin y al cabo, cuando tú acabas tutelado por una administración es porque no hay nadie que se haga cargo de ti, acabas solo en la vida y todo tu itinerario vital acaba lastrado por esa circunstancia... Todos somos muy conscientes de que hay chavales que están en guardia y custodia, pero no somos conscientes de otra realidad, de qué pasa cuando cumplen 18 años, les abrimos la puerta y se quedan fuera y esa segunda parte de esos chavales me gustó, quise tratarlo en la novela.
En Balears ha habido casos de abuso sexual de niños acogidos y también explotación sexual de menores tuteladas.
Y ha habido abusos en otras comunidades. Realmente no quería poner el foco en el programa en sí, pero sí que es verdad que al final el abuso surge cuando hay poder... No me gustaría que se uniera piso tutelado a explotación, pero sí es verdad que el contexto de abuso existe siempre que hay una parte vulnerable y otra que puede ejercer poder y manipulación. Nada de lo que podamos contar en una novela negra va a ser extraño. El horror está ahí fuera.
Muchos autores coinciden en que la realidad supera a la ficción y que la novela negra es una novela social.
Muchas veces lo decimos los escritores de novela negra y parece que estamos queriendo reivindicar nuestro género… A ver, yo veraneo en un pueblo muy pequeñito y antes de ayer le abrieron la cabeza con un hacha a un señor que conozco... Abres el periódico y te encuentras estas cosas. Y no estamos hablando de lo que pasa en Nueva York un 11-S, estamos hablando de cosas que pasan a la vuelta de la esquina. El horror humano está ahí, es muy pequeño porcentualmente, pero siempre hay un caso que toca cerca. Creo que no tenemos tampoco que justificar el género, somos una novela que retrata el lado oscuro del ser humano, lógico por la temática que tocamos, pero yo creo que la vocación es la misma, la de contar historias lo mejor posible.
¿Qué aporta su pareja de policías a la novela negra española?
[Santi] Abad y [Ana] Barroso no son los más listos de la comisaría, pero me gusta mucho porque son los más trabajadores y tenaces y luego son personajes muy defectuosos y creo que es muy necesario que los personajes de novela sean defectuosos. Tenemos un hombre que es casi un maltratador de libro con un problema de ira brutal y con algo bueno, que lucha contra ello, pero eso no quiere decir que defendamos en ningún momento todos los demonios internos que él tiene. Y tenemos una mujer que representa todo lo que supone tener que luchar contracorriente por ser mujer, porque no solo es mujer, sino que es muy joven, trabaja en un entorno de hombres y ha sido madre adolescente, con lo cual es un caldo de cultivo perfecto para llevar toda la vida nadando contracorriente. Juntos trabajan bien, juntos tienen una relación fuera de comisaría es lo más perfecta posible y estamos ya con la tercera entrega.
¿Habrá más?
Habrá más porque la editorial quiere y los lectores quieren, así que yo tengo que querer [risas].
¿Qué supone esta tercera entrega respecto a las dos anteriores?
Una va madurando, la obra literaria se consolida... Por ejemplo, Belleza roja era un policial clásico de ubicación de cuarto cerrado. Y La vida secreta de Úrsula Bas era muy psicológica, era un thriller de hecho, no policial. Y esta combina las dos. Tenemos el policial clásico, un círculo cerrado de sospechosos, pero al mismo tiempo tenemos una tensión psicológica que va in crescendo. Y sobre todo la madurez literaria se va alcanzando, uno se conoce a sí mismo y se da cuenta de que cada vez escribe mejor, por lo menos yo me siento más cómoda escribiendo, ya no puedo decir si escribo mejor o peor… Desde luego, sí noto el poso de la madurez literaria.
Ha comentado que ya solo con el título hace un spoiler de la novela…
Sí, he hecho el spoiler perfecto, sabemos que se muere Antía Morgade y sabemos que la ha matado un hombre. Sabiendo que es una novela de unos chavales, nada es lo que parece, o pretendemos que no lo parezca.
Su historia personal es digna también de protagonizar por lo menos un relato.
No tanto, soy una señora de provincias que se puso a escribir con 40 años [risas]. También es verdad que soy hija de la inmigración y que tengo un conjunto vital que… El empezar a escribir tarde te da un poso y serenidad que puedes no tener siendo más joven. Aunque el talento no tiene edad.
¿Cómo lo vive su familia?
Tengo la gran suerte de que a mi familia no le importa nada, le importa en la medida que les afecta a nivel familiar, evidentemente el tiempo que paso en casa es mucho menor. En cuestión literaria, es casi como anecdótico y en ese sentido está muy bien porque te hace bajar muchos escalones, creo que es importante dimensionar lo que haces.
Ahora está metida en esta promoción pero no sé si ya tiene otros proyectos y está escribiendo otras cosas…
Sí, sigo escribiendo otras cosas que no sé a dónde irán, pero podemos decir que a finales del 24 tendremos de nuevo a Abad y Barroso por las calles de Compostela con su cuarto caso. Porque, además, y me gusta decirlo, no es una trilogía, son casos separados, hay gente que los lee al revés. Igual que cuando leíamos un Agatha Christie, los casos son autónomos, lo que importa es el tema. Siempre digo que hago dos novelas, una que es el caso policial y la otra es hablar de lo que me apetece y para eso uso siempre esa primera persona. Para mí es la novela que he utilizado para hablar del duelo, de la muerte, de la pérdida y de no saber avanzar cuando te quedas anclado en el pasado. Y si encima tengo una trama policial, me parece maravilloso.
Como lectora, ¿qué le gusta, es de novela negra?
Fui muy de novela negra y ahora la leo solo cuando no estoy escribiendo, por ejemplo, ahora estoy leyendo bastante negra, pero me gusta mucho la narración contemporánea y es lo que más leo. E intento estar al día de todo.
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